Redacción Gestión

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(Bloomberg).- , la minera que controla la familia más rica de Chile, estaría interesada en ampliar su huella en materia de cobre. Pero en este momento, no hay nada en el mercado que reúna los requisitos.

El máximo responsable ejecutivo Diego Hernández dijo que podrían pasar varios meses y hasta dos años antes de que se vendan minas de cobre atractivas porque los dueños están tratando de sobrellevar la caída de las materias primas con la venta de otros activos.

Antofagasta, que tiene algunos de los indicadores más bajos del sector, quiere seguir siendo una empresa dedicada exclusivamente al cobre, declaró en una entrevista que tuvo lugar el martes. Cualquier adquisición tendría que ser de alta calidad, estar ya en producción y tener el precio adecuado, explicó.

Los activos de calidad siguen estando muy caros y los vendedores tendrían que revisar sus expectativas teniendo en cuenta las proyecciones de precios a largo plazo, señaló el martes Oscar Landerretche, presidente de Codelco, el mayor productor de cobre, en una entrevista. "Los precios siguen un poquito altos", dijo, agregando que es más probable que haya operaciones cuando bajen las valuaciones.

Con la mirada en la deuda.Entretanto, Antofagasta, que tiene su sede central en Santiago, sigue abocada a mantener baja su deuda neta y conservar efectivo, dijo Hernández. Su deuda es de 1.5 veces las utilidades antes de partidas extraordinarias, frente a un ratio promedio de 2.9 entre los pares que sigue Bloomberg.

"Es muy importante preservar esa posición", señaló Hernández desde Hollywood, Florida, donde están reunidos más de mil ejecutivos, analistas e inversores en la Conferencia Mundial de Metales y Minería organizada anualmente por BMO Capital Markets. "Si los precios siguen como están, el año que viene veremos mucha reestructuración en la industria de la minería".

La minera de US$ 8,800 millones controlada por la familia Luksic en julio acordó comprar la participación de 50% de Barrick Gold Corp. en Zaldívar por US$ 1,000 millones, aunque la transacción no se completó hasta diciembre. Un peso chileno más débil y la caída de los precios de la energía y el diésel ayudaron a Antofagasta a lograr ahorros "significativos" el año pasado, informó la empresa en enero.

Cuando se le preguntó por la posibilidad de futuras compras de activos, Hernández dijo que la compañía preferiría seguir en América. Es improbable que los precios del cobre, que sufrieron una caída del 50% respecto del máximo de comienzos de 2011, se recuperen de manera significativa en los próximos dos a tres años, añadió. Mientras eso se produce, más mineras podrían verse obligadas a poner en venta activos.

"Las compañías mineras no quieren deshacerse de sus activos de cobre", dijo Hernández. "No hemos visto demasiadas oportunidades en el mercado. Por otro lado, muchas empresas sufren una gran tensión financiera y no sabemos qué pasará".

"Si los precios siguen donde están, probablemente en la segunda mitad o a fin de este año o el año que viene. No antes que eso", respondió cuando se le preguntó cuánto tardarían los activos de cobre atractivos en salir a la venta. Hoy, "hay más especulaciones que oportunidades".

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