Diamante
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Los diamantes van a seguir cayendo, según un fondo de cobertura cuya apuesta a la marihuana lo convirtió en el de mejor desempeño del mundo en el 2016.

Los precios de la piedra preciosa podrían bajar 10% este año en tanto ésta pierde atractivo entre los consumidores más jóvenes y enfrenta el desafío de alternativas sintéticas, dijo Ben Cleary, que reside en Singapur y es uno de los administradores del Tribeca Global Natural Resources Fund de US$ 500 millones.

“Los diamantes se venden sobre la base de que siempre representarán la cima del lujo y el deseo materialista”, escribió Cleary en un correo electrónico. “Lo que nos preocupa es saber si una generación más joven de millennials tendrá la misma lealtad a los mismos productos que sus padres y abuelos”.

Los diamantes pulidos fueron uno de los productos primarios de peor desempeño en el 2017, dado que la reputación de la gema se vio empañada como consecuencia de las falsificaciones y de piedras extraídas en zonas en conflicto.

La demanda podría estancarse durante otros 10 años a menos que el sector gaste más en atraer consumidores, escribió Bain & Co. el mes pasado en su informe anual sobre la industria.

El fondo Tribeca subió 145% en el 2016, el mayor porcentaje entre los más de 10,000 fondos que sigue la firma proveedora de datos Pregin, alimentado por apuestas a los productores de marihuana de América del Norte que se beneficiaron de la legalización del uso médico y recreativo del cannabis.

El año pasado trepó 25%, impulsado por la recuperación de los precios de los productos primarios y por inversiones en al menos 15 operaciones de captación de fondos que permitieron que compañías de menores recursos pusieran proyectos en producción, dijo Cleary.

Para este año el fondo es alcista en relación con el carbón y los créditos de carbono. Los recortes de la producción china han reducido la oferta, lo que ha hecho subir los precios del carbón térmico y metalúrgico. Los rendimientos del flujo de efectivo libre de los productores de carbón norteamericanos siguen siendo “increíblemente atractivos”, dijo Cleary.

Los créditos de carbono subieron alrededor de 20% en América del Norte el año pasado impulsados por los programas de negociación con apoyo estatal.

Al fondo le gustan los productores químicos que utilizan fuentes de combustible más favorables al medio ambiente. Ha invertido en una compañía que usa los desechos de la producción de aceite de palma en Indonesia y Malasia para producir azúcares de celulosa, dijo, si bien declinó mencionar a la empresa.

Las nuevas tecnologías hacen que el costo de la biomasa sea competitivo con los químicos en base a petróleo, lo que lleva a la industria hacia combustibles renovables.

Los inversores se han volcado a las firmas productoras de litio, cobalto, cobre, níquel y grafito en el contexto de un auge de los autos eléctricos. El suministro seguirá siendo escaso durante al menos otros tres años, dijo Cleary.

El fondo incrementa las inversiones en otros metales para la producción de baterías, tales como tierras raras y manganeso de alto grado de pureza, cuya oferta es menos escasa, agregó.

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