La emisión de bonos Samurai calificados sin grado de inversión es "bastante inusual".
La emisión de bonos Samurai calificados sin grado de inversión es "bastante inusual".

La exitosa venta de Turquía de bonos yen con calificación basura pone de relieve lo ansiosos que se han vuelto los inversionistas japoneses en su búsqueda de rendimiento adicional.

"Han atraído la demanda de los inversionistas, incluidos nacionales y extranjeros, que son relativamente tolerantes a los riesgos, en parte porque ofrecen un nivel de rendimiento que no se puede encontrar en el mercado japonés", dijo Ryusuke Kurihara, director de deuda sindicada con sede en Tokio de Daiwa Securities Group Inc.

La emisión de bonos Samurai calificados sin grado de inversión es "bastante inusual", dijo Kurihara. Daiwa fue uno de los tres principales administradores de la transacción.

La República de Turquía vendió 60,000 millones de yenes (US$ 533 millones) de notas Samurai a tres años en una oferta de varias series con un cupón del 1.81%.

La deuda del país tiene una calificación basura de Moody’s Investors Service y Fitch Ratings, de Ba1 y BB+ respectivamente, mientras que la Agencia de Calificación Crediticia de Japón la califica en el nivel de inversión más bajo de BBB-.

Con los bonos soberanos de hasta nueve años con rendimientos negativos, los inversionistas japoneses están más dispuestos a comprar deuda más larga y riesgosa en busca de mayores rendimientos.

En otra señal de que los inversionistas están dispuestos a asumir el riesgo, los últimos títulos de Turquía tampoco tienen garantía del gobierno de Japón, a diferencia de una emisión previa en el 2014, según datos compilados por Bloomberg.

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