Mientras la pandemia se sale de control desde Argentina hasta India, las divisiones entre mercados emergentes y desarrollados se profundizan.
Las acciones de países en desarrollo han quedado rezagadas con respecto al resto del mundo desde mediados de marzo, en parte por la preocupación de que la escasez y los retrasos de las vacunas desaceleren el crecimiento económico. Los inversionistas retiraron US$ 1,300 millones de los fondos de capital de mercados emergentes en la semana hasta el 21 de abril, la cifra más alta en más de tres meses.
Es un dato más que muestra cómo esta pandemia ha reescrito las directrices de inversión. Históricamente, se consideraba que los mercados emergentes eran una forma de impulsar una expansión económica global, pero esta vez, es el mundo desarrollado el que se está recuperando más rápido.
“No solo tenemos un programa de vacunación mucho más lento en los mercados emergentes, sino que las preocupaciones sobre la carga de deuda, las vulnerabilidades externas, la prudencia fiscal, la estabilidad de la moneda y la inflación obstaculizarán una recuperación mucho más sólida después de la pandemia”, dijo Mohammed Elmi, gerente de cartera de Federated Hermes en Londres, quien recomienda apuntar a países y activos que se benefician del crecimiento de Estados Unidos a través de vínculos comerciales o exportaciones, como México.
El indicador de acciones de países en desarrollo de MSCI Inc. ha avanzado poco menos de 5% en lo que va del año, aproximadamente la mitad del avance de un índice similar de acciones de mercados desarrollados. Compare eso con el 2009, el año en que la economía mundial comenzó a recuperarse de la crisis financiera, cuando las acciones emergentes se dispararon un 74%, casi tres veces más que sus pares desarrollados.
Entre los factores que impulsan la divergencia se encuentra la escasez de vacunas y su desigual distribución, que allanan el camino para una reapertura de las economías occidentales, pese a que importantes economías de los mercados emergentes están intentando combatir nuevas olas de contagios.
Más de un tercio de las vacunas contra el COVID-19 se han enviado a personas de los 27 países más ricos del mundo, que representan solo 11% de la población mundial, según el Rastreador de vacunas de Bloomberg.
La desigualdad es particularmente extrema en India, que alberga al 18% de la población mundial y es epicentro de uno de los brotes con mayor cantidad de muertes.
Los fondos de renta variable de India sufrieron su mayor salida en más de un año en la semana hasta el 21 de abril, según datos de EPFR Global, mientras que la rupia se ha desplomado 3.5% en el último mes.
Algunos inversionistas están pasando por alto el último aumento en el número de casos, apostando a que las vacunas proliferarán en el mundo en desarrollo. El hecho de que Europa también esté comenzando a recuperarse debería impulsar las exportaciones y aumentar las entradas derivadas del turismo.
Las valoraciones actuales del mercado “dejan mucho más margen para el alza en los mercados emergentes y la decepción en EE.UU.”, según Morgan Harting, administrador de fondos de AllianceBernstein en Nueva York.
El lento ritmo de las vacunas en el mundo en desarrollo se está sumando a un contexto ya complicado para muchos mercados emergentes, que han debido sortear los mayores rendimientos del Tesoro de EE.UU., pese a que el costo de combatir la pandemia acumula presión sobre sus propias finanzas.