Redacción Gestión

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(Bloomberg).- Los inversores en bonos en el mayor fabricante de productos para el consumidor de Chile están sufriendo el impacto después de que la empresa admitió haber manipulado los precios durante más de un decenio.

Empresas CMPC SA, que es controlada por la familia multimillonaria Matte, dijo el 28 de octubre que un grupo de ejecutivos había complotado para manipular los precios de productos como el papel higiénico y los pañales desde el 2000 hasta el 2011. Desde la revelación, los pagarés de CMPC denominados en dólares perdieron 2.6%, o sea tres veces la caída para bonos comparables de grado de inversión en los mercados emergentes.

Las pérdidas probablemente se incrementarán para los bonistas de CMPC en tanto la compañía indemniza a los consumidores y enfrenta investigaciones en Chile, Uruguay, Perú, Colombia, Paraguay y Argentina. CMPC obtiene 38% de sus ventas del negocio de papel tisú, que constituye la mayor fuente de ingresos de la empresa.

"La compañía seguirá bajo presión hasta que piense una solución", dijo Pedro Pablo Larrain, socio en Sartor Investments con sede en Santiago, que vendió sus tenencias de pagarés de CMPC después del anuncio de acusaciones antimonopolio. "Es un golpe enorme a su reputación, y CMPC debe decir cómo piensa recuperar la confianza del mercado".

Contactado por correo electrónico, un ejecutivo del departamento de prensa de CMPC se negó a hacer declaraciones para esta nota.

En una entrevista publicada este domingo en el diario La Tercera, el máximo responsable ejecutivo de CMPC, Hernán Rodríguez, dijo que la empresa no tiene una estimación de qué provisión establecerá para indemnizar a los clientes.

El presidente de CMPC, Eliodoro Matte, dijo al diario El Mercurio el 1 de noviembre que ejecutivos de la unidad papel tisú de la empresa engañaron a sus superiores y que las personas involucradas fueron despedidas apenas se tomó conocimiento del hecho.

Los hermanos Eliodoro, Bernardo y Patricia Matte, que comparten el control de CMPC a través de varios holdings, son dueños de una de las fortunas más grandes de Sudamérica. Tienen un patrimonio neto total superior a los US$ 7,000 millones, según el Bloomberg Billionaires Index.

Ejecutivos de la unidad Tissue de CMPC, y de PISA, que fue adquirida por SCA de Suecia en 2012, se reunían regularmente para coordinar los aumentos de precios y dividirse las cuotas de mercado, según el fiscal antimonopolio, Felipe Irarrazabal. Los ejecutivos, que arrojaron sus computadoras a ríos para destruir pruebas, utilizaban correos electrónicos anónimos y teléfonos prepagos para eliminar cualquier rastro de colaboración, dijo.

Es probable que este sea apenas el comienzo de los problemas de CMPC en Chile. Otros fiscales han dicho que abrirán sus propias investigaciones, en tanto las asociaciones de consumidores preparan demandas colectivas. Los legisladores avanzan, asimismo, con un proyecto que elevará las multas por confabulación, lo cual incluye la cárcel para los delincuentes.

Los consumidores de Chile también boicotean ahora los productos CMPC, dejando que artículos como el papel tisú de la empresa se acumule en las góndolas de las tiendas.

"Probablemente las autoridades comenzarán a preguntarse si no habrá otras partes de la empresa que también cometieron cosas malas, y quizá comiencen a revisar esos permisos y licencias", dijo Guillermo Araya, analista financiero en la firma de bolsa Renta4 con sede en Santiago. "Durante un tiempo, la empresa deberá concentrar sus energías en auditar sus operaciones y contratar abogados y no en cómo crecer".

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