Olvídese de Irán, el shale y la OPEP. La verdadera acción en el mercado petrolero está sucediendo al otro lado del mundo.
China superó a Estados Unidos el año pasado como el mayor importador de petróleo del mundo, y para el 2018, espera superar ese hito.
Las importaciones de 39.46 millones de toneladas métricas en abril informadas el martes por la tarde se conocen tras una seguidilla de meses exitosos. Hasta el comienzo de este año, China nunca había importado mucho más de 37 millones de toneladas en un solo mes. En lo que va del 2018, solo en febrero, que fue un mes más corto por el feriado del Año Nuevo Lunar, no superó esa cantidad.
No tenía que ser así.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y la Agencia Internacional de Energía esperan que el crecimiento de la demanda de China comience a disminuir hacia un ritmo anual de 300,000 barriles por día adicionales en los próximos años a medida que la nación reduce su ritmo vertiginoso de industrialización y el aumento de los vehículos eléctricos afecta la demanda de gasolina.
La OPEP revisó al alza sus cifras para 2017 y lo mismo podría ocurrir este año. El aumento de 5.1 millones de toneladas en las importaciones de crudo de abril de China en comparación con el mismo mes del año anterior en sí mismo representa un crecimiento de alrededor de 1.2 millones de barriles por día.
Algunas cosas pueden ayudar a explicar esto. Los yacimientos petrolíferos nacionales de China están luchando para cubrir la demanda a medida que los pozos se agotan y el gobierno impulsa a las tres grandes empresas estatales a producir más gas. Como resultado, el país está dependiendo más de las importaciones, por lo que incluso un ritmo más lento de crecimiento de la demanda interna puede tener un impacto desproporcionado en los mercados globales.
Otro factor es que gran parte de este crudo en última instancia no está siendo consumido en China. Las exportaciones de productos refinados han estado aumentando a medida que las autoridades relajan las cuotas al comercio; el analista Andy Meng de Morgan Stanley estima que el volumen de productos permitido en virtud de las cuotas de exportación concedidas en el 2018 ya excede el total de todo el año pasado. En ese sentido, esto no se trata tanto de la creciente demanda interna de China como del permanente hábito de su sector manufacturero de tener una capacidad excesiva.
Los 26 millones de toneladas de exportaciones netas de productos en los últimos 12 meses serían suficientes para convertir un país que fue hasta unos pocos años uno de los mayores importadores de petróleo refinado en un importante exportador a la par con Corea del Sur, Kuwait y la India.
Incluso las llamadas refinerías “teteras” de China -plantas no estatales principalmente en la provincia de Shandong, que tradicionalmente operan menos de la mitad del tiempo - han estado viendo que las tasas de operación se acercan a niveles donde deberían ser capaces obtener ganancias.
La respuesta optimista de los precios del petróleo a la noticia de la decisión del presidente Donald Trump de retirarse del acuerdo del programa nuclear de Irán de 2015 se ha explicado por el hecho de que la decisión era ampliamente esperada, y ese crudo tiende a encontrar una manera de sortear esas restricciones.
La fortaleza de la demanda china – en particular, si las actuales sólidas cifras evolucionan durante el transcursodel año o representan una acumulación de existencias a corto plazo – podría demostrar ser un factor decisivo en ese frente.
El contrato de crudo denominado en yuanes lanzado recientemente en Shanghái puede ser una de las formas más fáciles para que Irán supere las sanciones de EE.UU., que normalmente se aplican cuando los bancos intentan liquidar operaciones denominadas en dólares en Nueva York.
Pekín ha estado trasladando sus compras de petróleo desde el Golfo Pérsico a Rusia, EE.UU., Brasil, Angola y Malasia en los últimos años,pero una repentina falta de compradores occidentales sería la oportunidad perfecta para que las refinadoras chinas vuelvan al mercado de crudo de Teherán.
Mirar el suministro es crucial para entender el crudo, pero no es todo. En este momento, la fortaleza de la demanda de China puede ser la historia menos apreciada en el mercado.
Por David Fickling
Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP o sus dueños.