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Bitcoin, Bitocin Cash, Ethereum y Litecoin son todos ejemplos de criptomonedas que vienen atrayendo a las personas por sus cualidades tecnológicas y los rendimientos que han venido presentando.

Sin embargo, esto ha hecho que los inversionistas especulativos hayan tomado ventaja pero, desafortunadamente, también algunos estafadores.

A pesar del carácter disruptivo de las criptomonedas mencionadas y todo el potencial positivo de la tecnología, las estafas piramidales o esquemas Ponzi resultan familiares dado que utilizan esquemas similares a los que están presentes en los servicios financieros tradicionales.

No obstante, existen características que nos permiten diferenciar estos esquemas de la inversión en criptomonedas reales.

De acuerdo con Dennis Carranza, country manager para Perú de Buda.com, “la principal diferencia radica en que el mercado de criptomonedas no funciona de manera multinivel debido a que es un mercado abierto de oferta y demanda”.

“Son las cualidades tecnológicas de la criptomoneda y la confianza que el público tiene en su utilidad futura, las que hacen que éstas tengan valor, no la gente que se agregue al sistema. Es por esto que, si vas a invertir dinero en comprar criptomonedas, la recomendación es siempre comprar en un lugar que te permita hacerte del activo en cuestión, en otras palabras, que te permita que seas tú el dueño del activo comprado y puedas utilizarlo o venderlo a tu voluntad” afirmó.

En la actualidad, la tentación de ser atraídos a negocios que ofrezcan grandes rendimientos origina que mucha gente acabe siendo víctimas de las estafas piramidales o esquemas Ponzi, en los que sus miembros intentan captar nuevos “socios inversionistas” ofreciéndoles altos retornos en poco tiempo, utilizar parte del dinero de los nuevos inversores para pagar a los antiguos y dar apariencia de que el negocio funciona.

El sistema marcha hasta el momento en que dejan de entrar nuevas víctimas. Cuando ya no las hay, el negocio se desploma y nos encontramos frente a uno de los tipos más comunes de fraude.

¿Cómo podemos identificar dichas estafas y evitar ser víctimas de ellas? Carranza brinda algunas recomendaciones:

1. No te dejes llevar por las promesas de rentabilidad segura: Como a cualquier inversor, a todo el mundo le gusta conseguir un gran rendimiento, el problema surge cuando no vemos realmente qué hay tras el porcentaje que nos prometen. Nos dejamos llevar y confiamos en quien nos está hablando sobre las bondades de la inversión: “Si alguien te dice que va a invertir en un activo con un rendimiento garantizado mayor a 5% sin ningún riesgo, es una estafa. Ningún activo, digital ni real, tiene un rendimiento garantizado. Así por ejemplo, si una persona le pide dinero para comprar bitcoins con la promesa de rendimientos enormes en poco tiempo, mejor absténgase de entrar al esquema, aun cuando el “reclutador” sea un amigo o familiar, dado que los primeros partícipes de los esquemas piramidales son quienes usualmente obtienen una ganancia sólo como gancho”, y pueden incluso desconociendo que están siendo víctimas de estas estafas, atraer a personas de su confianza a sumarse” indica Carranza.

2. Compara e investiga inversiones similares: Si la diferencia en la rentabilidad entre inversiones similares es excesiva, desconfía. Pregunta a un experto si desconoces cualquier tipo de asunto y no te dejes llevar únicamente por la promesa de beneficios. Es recomendable solicitar información sobre la empresa y ver si está inscrita en la Superintendencia correspondiente y cumple con sus pagos tributarios.

3. Presta atención a la palabra “reclutar”: Si en algún momento surge la palabra "reclutar" o algún sinónimo, uno debe ponerse alerta. Recuerda que para funcionar, estos modelos necesitan que haya gente que ingrese reiteradamente en el juego ya que los nuevos inversores hacen que dicha “pirámide” actúe constantemente: “Todos estos anuncios de 'Explota tu red de amistades para ganar dinero', lo que buscan es aprovecharse de tu red de conexiones", afirma el ejecutivo.

4. No debes pagar por trabajar: En lugares donde el empleo es escaso, es común utilizar ofertas de empleo como carnada. Si te invitan a una charla en la que te ofrecen un puesto de vendedor, pero te piden que compres primero la mercancía, debes empezar a sospechar: "De entrada, hay que tener una cosa clara: uno no debe pagar por trabajar", acota.

5. No te dejes sorprender por la parafernalia: Aunque la charla pueda realizarse en un hotel de lujo, el director de la empresa pueda ser millonario y la compañía pueda aparecer en los medios de comunicación apoyada por gente famosa, ninguna de estas cosas debe hacernos bajar la guardia. Incluso cuando aparezcan personas con testimonios de que hicieron dinero con esa empresa. Recuerda que a través de estos eventos, el único objetivo de estos esquemas es el marketing que les permita atraer cada vez a más incautos.