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El gran día de pago de las grandes finalmente ha llegado. La pregunta ahora es cómo gastar el dinero extra.

Los inversionistas mirarán la bola de cristal del tercer trimestre para discernir si los ejecutivos planean aumentar los dividendos y las recompras, aumentar el gasto en nuevos megaproyectos o, quizás, hasta hacer ambas cosas.

Lo que sí saben es que en las próximas décadas se necesitan nuevas fuentes de petróleo y gas para satisfacer la insaciable demanda mundial de energía. Gastar demasiado desafiaría el reciente compromiso con la disciplina financiera, mientras que gastar muy poco podría obstruir nuevos suministros y elevar los precios del crudo.

Los precios más altos, a su vez, pueden aumentar el atractivo de las tecnologías verdes que acelerarían la desaparición de la industria.

"Ciertamente, hemos visto más disciplina que nunca en la industria del petróleo y gas", dijo Burns McKinney, gerente de cartera con sede en Dallas que supervisa US$ 13,000 millones en Allianz Global Investors. “Las gerencias son más cautelosas con los proyectos que asumen. Pero la disciplina nunca dura para siempre".

Las deben desarrollar el equivalente a 670,000 millones de barriles de crudo –equivalente a aproximadamente siete veces el total de los activos mundiales de Exxon Mobil Corp.– para el año 2040, en gran parte para compensar la disminución de la producción de los campos más antiguos, según la Agencia Internacional de Energía. E incluso cuando algunos en la industria cuestionan abiertamente si la demanda de petróleo aumentará debido a la aparición de los vehículos eléctricos, las compañías petroleras aún deben invertir para encontrar más crudo. Los costos financieros serán enormes.

La buena noticia es que las grandes petroleras tienen mucho efectivo para invertir. La industria generará US$ 175,000 millones en flujo de efectivo libre este año, aproximadamente la misma cantidad que los últimos cinco años sumados, según la consultora Rystad Energy AS. Las ganancias del tercer trimestre serán aproximadamente un 45 por ciento más altas que en el mismo período del año anterior y las más altas desde 2014, según Morgan Stanley.

Aumento de precios
Esas cifras emulan el aumento interanual del 45% en los precios internacionales del petróleo a un promedio en el tercer trimestre de US$ 75.84 por barril.

La mala noticia es que las compañías petroleras tienen un historial de gasto excesivo en adquisiciones y proyectos ambiciosos durante los tiempos de auge, solo para ver cómo se desploman los rendimientos cuando el ciclo del producto básico cambia. Por ejemplo, no busque más allá de la inversión de US$ 16,000 millones de Exxon en arenas petrolíferas canadienses durante la última década y la operación de gas natural licuado Gorgon de Chevron Corp. en Australia, donde los costos aumentaron en casi la mitad a US$ 54,000 millones.

Hay indicios de que puede ser diferente esta vez. Las dos principales petroleras de Estados Unidos reemplazaron a sus máximos ejecutivos de larga data desde la desaceleración de 2014-2016, y designaron a exjefes de refinación que supervisaban las unidades de negocios con menores gastos. El gasto en la producción de petróleo ha bajado un 37% a nivel mundial en los últimos cuatro años, según Wood Mackenzie Ltd.

Por debajo de las normas
Por ahora, el sector no es popular. La ponderación de las acciones de energía en el índice S&P 500 se encuentra por debajo del 6%, menos de la mitad que hace una década.

"Las valoraciones siguen estando muy por debajo de las normas históricas anteriores", escribió el 17 de octubre en una nota Gordon Gray, analista con sede en Londres de HSBC Holdings Plc. "La constancia de una mejor generación de efectivo y de disciplina de capital" es necesaria para ganarse a los inversionistas.

Esto es lo que debe buscar en los informes de ganancias de las cinco compañías petroleras internacionales más grandes:

  • Total (viernes 26 de octubre). La cifra clave será su objetivo de crecimiento de la producción para el 2018, que anteriormente se fijó en el 7%. Fechas de inicio para proyectos clave como Egina y Tempa Rossa.
  • BP (martes 30 de octubre). Detalles sobre ventas de activos de alrededor de US$ 6,000 millones para financiar nuevas recompras. La compañía británica se comprometió a mantener la disciplina del capital, aunque recientemente aumentó su tope de precios internos a largo plazo a entre US$ 60 y US$ 65 por barril.
  • Royal Dutch Shell Plc (jueves 1 de noviembre). El compromiso de su máximo ejecutivo, Ben van Beurden, de un presupuesto de capital de US$ 25,000 millones a US$ 30,000 millones será observado atentamente. Si sanciona la expansión de sus instalaciones de GNL en Sakhalin, Rusia, o su proyecto de GNL en el Báltico.
  • Exxon Mobil (viernes, 2 de noviembre). La compañía está tratando de recuperarse del mal desempeño en el segundo trimestre, al que el vicepresidente senior, Neil Chapman, calificó de "un punto bajo". Comentarios sobre cómo impulsar el rendimiento a corto plazo antes de proyectos importantes.
  • Chevron (viernes 2 de noviembre). Los US$ 3,000 millones en recompras anuales anunciados en julio se realizaron con "un poco de conservadurismo", dijo en ese momento el director de finanzas, Pat Yarrington, por lo que los inversionistas buscarán cualquier indicio de un alza. La producción en la cuenca Pérmica aumentó un 50% interanual en el segundo trimestre, pero ¿puede eso continuar con la escasez de ductos, carreteras, energía y mano de obra?

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