Como consecuencia de las intervenciones del BCR en el mercado cambiario, el nuevo sol registra una depreciación de 4%, que es menor que las de otras monedas de la región y que el 5.4% de depreciación que registra en su conjunto la Alianza del Pacífico (Colombia, Chile, México y Perú), indicó el Scotiabank.
El relativamente elevado nivel de reservas con que cuenta el Perú, de 30.6% del Producto Bruto Interno (PBI), el doble del promedio de la región (14.6% del PBI) permite afrontar estas presiones y reducir la volatilidad, dijo el analista senior del Departamento de Estudios Económicos del banco, Mario Guerrero.
Al 10 de marzo, el BCR registra una reducción de su posición de cambio por US$ 3,421 millones (el 75% explicado por ventas de directas de dólares en el mercado), mientras que las reservas internacionales registran un descenso de sólo US$ 861 millones (hasta US$ 61,447 millones).
Ello significa que presiones cambiarias (principalmente a través de operaciones swaps) no implican una salida de dólares, sino que los mismos se quedan en la economía, manifestó en el Reporte Semanal del banco.
En su comunicado del jueves pasado, el BCR puso énfasis en que las expectativas empresariales y de los consumidores continúan mostrando un ciclo económico débil.
El deterioro de las expectativas de los agentes económicos pudo haber inducido al directorio del BCR a reducir nuevamente la tasa de referencia (a 3%), en sintonía con una veintena de bancos centrales que han tomado medidas similares en lo que va del 2015.
Igualmente, habría considerado que en el actual contexto, los efectos nocivos de mayores presiones cambiarias podrían contrarrestar los beneficios de una reducción de la tasa de interés, en una economía aún dolarizada, señaló Guerrero.
Algo similar ocurre en Chile, donde recientemente, el presidente del banco central señaló que no ve espacio para un mayor estímulo monetario (la tasa de interés de referencia se encuentra en 3%) en el futuro previsible, concluyó.