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Si se está preguntando qué fracción del barril de petróleo es la responsable del colapso de los precios del crudo en el último mes, no tiene más que mirar a los conductores del mundo.

Los futuros de la gasolina RBOB en la Nymex -- que generalmente tienen un precio superior al de su materia prima, el petróleo -- se cotizan con un descuento frente al Brent por primera vez desde el 2011.

Ocurre una situación similar en Singapur, donde la gasolina RON 92 ha sido más barata que el crudo Tapis durante las últimas semanas, emulando un patrón de finales del 2013 que fue seguido por la venta masiva del 2014 del petróleo.

Eso no es necesariamente un desastre para los refinadores, que pueden compensar sus pérdidas por la gasolina con las ganancias de productos de mejor rendimiento, como el diésel. Pero es un indicador de que los consumidores en los mercados emergentes, afectados por el aumento de los precios del petróleo en el 2018 y por el debilitamiento de las monedas, están en riesgo de declarar una huelga de demanda.

Los precios de los principales productos de gasolina en Tailandia, Filipinas e India se han desplomado desde principios de octubre. Pero eso aún no ha sido suficiente para provocar una reactivación en la demanda. De acuerdo con S&P Global Platts, en el golfo Pérsico, las existencias de destilados ligeros, principalmente gasolina, alcanzaron niveles récord en el puerto de Fujairah durante tres semanas consecutivas.

El problema es que el mundo tiene demasiados de los crudos ligeros que son los más adecuados para producir gasolina y muy pocas de las variedades más pesadas que son mejores para el diésel, combustible para aviones y fuel oil.

En América, lo que se extrae de la zona petrolera en el oeste de Texas son principalmente crudos ligeros y dulces. Mientras tanto, las fuentes de petróleo más pesado enfrentan dificultades: la producción de México ha estado en declive durante una década, mientras que Venezuela está al borde del colapso y la escasez de capacidad de exportación en los oleoductos ha llevado al crudo Western Canada Select por debajo de los US$ 20 por barril.

Es una señal de la desesperación de los refinadores de Estados Unidos por adquirir crudos más pesados que el crudo Maya de México que ahora se esté negociando con una prima frente al crudo ligero West Texas Intermediate, una situación anormal que no había ocurrido desde el 2013.

No está claro que esta situación se vaya a resolver pronto. Mientras el aumento de las existencias de gasolina en Fujairah indica que los comerciantes esperan cambiar los embarques de América y Europa hacia los mercados asiáticos con alta demanda, las ventas de automóviles chinos han disminuido. Los vehículos eléctricos están aumentando su participación de mercado y es probable que las compras de automóviles de pasajeros convencionales hayan alcanzado su punto máximo.

Las perspectivas pueden ser mejores en India y en el sudeste asiático, pero también allá los descuentos para la gasolina en comparación con el crudo en Singapur sugieren que los minoristas de combustible aún no perciben que la liquidación esté generando un aumento en la demanda.

Mientras tanto, se avecina un problema mayor el próximo año: las normas pendientes de la Organización Marítima Internacional sobre el contenido de azufre en el combustible que se utiliza en el transporte marítimo, que probablemente generarán un mayor consumo de destilados medios en reemplazo del fuel oil, que es más pesado y contaminante. Satisfacer esa demanda con la mezcla dulce de petróleo crudo que actualmente se extrae en todo el mundo significará producir aún más gasolina que el mundo no parece querer.

En este momento, el equilibrio entre un mercado ajustado para los destilados medios y un exceso de oferta de gasolina está haciendo bajar los precios del crudo. Sin embargo, no hay que descartar la posibilidad de que los productos medios del barril de crudo se conviertan en un factor más importante para los precios. O que los menores precios en las estaciones de gasolina, gracias a la venta masiva del mes pasado, finalmente hagan que la gente vuelva a conducir.

Por David Fickling

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.

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