Redacción Gestión

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Nueva York/Londres (Reuters).- El cobre subió un 1% el jueves, tras hundirse a un en la sesión anterior, aunque las ganancias fueron limitadas por una serie de datos débiles de actividad manufacturera que ensombrecieron las perspectivas de corto plazo para la demanda.

Los precios del metal rojo, que se ha vuelto totalmente dependiente de China, dado que consume un 40% del total mundial, lograron mantener sus ganancias, pese a una desaceleración mayor de las fábricas del gigante asiático.

Unos sondeos de negocios mostraron que el sector manufacturero alemán se estuvo contrayendo al ritmo más veloz en tres años en mayo, y que el sector privado de la zona euro profundizó sus problemas este mes.

En Estados Unidos, datos mostraron que el crecimientodel sector manufacturero disminuyó en mayo, debido a que la recesión en partes de Europa y una ralentizada economía china afectaron a las exportaciones, según un nuevo sondeo industrial divulgado el jueves.

"Hay mucha volatilidad. Por la tónica actual de los mercados, los fundamentos son negativos, la tendencia es negativa, pero aún podemos tener un repunte, como hoy (jueves)", dijo Sean McGillivray, vicepresidente y jefe de colocación de activos de Great Pacific Wealth Management.

El cobre referencial en la Bolsa de Metales de Londres (LME, por sus siglas en inglés) cerró con un alza de un 1.05%, a 7,610 dólares por tonelada.

En Nueva York, el contrato a julio subió 3.25 centavos, a 3.4285 dólares por libra. El cobre se dirige a una pérdida del 10% este mes, su desempeño mensual más débil desde octubre del 2011, cuando los temores a una recaída en la recesión y las crecientes dudas sobre una solución de la crisis de deuda europea arrastraron al metal a una baja de casi el 25%.

Los pobres datos de la actividad fabril reavivaron esos temores, aunque también generaron expectativas de una nueva ronda de medidas de estímulo.

China intensificará la sintonía fina de sus políticas para apoyar a la economía, dijo el miércoles el primer ministro Wen Jiabao, en la última señal de que Pekín está preparado para tomar nuevas medidas con el fin de combatir la actual desaceleración del crecimiento.

El dólar escaló a máximos de 20 meses contra el euro después de datos que mostraron que los temores por la economía europea se intensificaron debido a las versiones de que Grecia saldría del euro y un lento progreso en abordar la crisis de deuda de la región.

La fortaleza del dólar encarece el valor de las materias primas en esa moneda para los tenedores de otras unidades.

La confianza empresarial de Alemania también colapsó en mayo por primera vez en siete meses, al no alcanzar incluso los pronósticos mas conservadores, en una señal de que la mayor economía europea es vulnerable a la turbulencia de la zona euro pese a que se ha mantenido a flote hasta ahora.