Redacción Gestión

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Nueva York/Londres (Reuters).- El cobre subió el viernes, anotando su primera alza semanal en siete semanas, impulsado por la convicción de que los bancos centrales mundiales están preparados para estabilizar a los mercados si los resultados de las elecciones en Grecia este fin de semana causan agitación financiera.

El cobre ignoró otra ronda de débiles cifras económicas en Estados Unidos que mostraron que la confianza del consumidor estadounidense cayó a inicios de junio a un mínimo en seis meses.

El metal cotizó más bien en línea con otros activos de riesgo como el euro y las acciones estadounidenses, ante las perspectivas de una respuesta coordinada global a los resultados de las elecciones en Atenas.

"Los eventos coordinados de los bancos es absolutamente lo que está ayudando a apuntalar los precios. También se verá que si Grecia trabaja en conjunto, los metales también encontrarán cierto soporte", dijo el analista Nic Brown de Natixis.

El cobre para entrega a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres cerró en 7,510.5 dólares la tonelada frente al cierre de 7,420 dólares del jueves. En la semana, el metal avanzó casi un 3%.

En Nueva York, el cobre para julio subió 2.90 centavos, a 3.3835 dólares por libra, en operaciones entre 3.3575 y 3.4090 dólares.

Resistiéndose a la tendencia alcista en el complejo de metales básicos el viernes, el aluminio para entrega en tres meses cayó a su menor nivel en casi dos años ante un exceso de suministros y una demanda tibia.

Los bancos centrales desde Tokio a Londres se preparaban para cualquier situación de agitación financiera por las elecciones en Grecia el domingo, con el Banco Central Europeo insinuando un recorte en sus tasas de interés y Gran Bretaña preparada para abrir sus arcas.

Los datos en Estados Unidos, aunque fueron sombríos, elevaron las expectativas de otra ronda de alivio monetario y ayudaron a apuntalar los precios del cobre.

Aparte, la producción manufacturera de Estados Unidos se contrajo en mayo por segunda vez en tres meses, lo que indica que la economía estadounidense se estaría enfriando.