Doha (AFP).- Las restricciones impuestas desde hace más de dos meses a Catar por sus vecinos empiezan a tener efectos negativos para la economía de este pequeño emirato gasífero del golfo, que sin embargo se mantiene sólida y resiste, según los analistas.
El 5 de junio, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Bahráin rompieron con Catar, acusándolo de "apoyar el terrorismo" y de acercarse a Irán, gran rival regional de Riad. Cerraron líneas aéreas y marítimas, su única frontera terrestre, y redujeron drásticamente los desplazamientos.
En cuanto se promulgó el embargo, el aliado turco y el vecino iraní suministraron productos a Doha.
"No hemos sentido gran diferencia" asegura Mohamed Ammar, empresario y consejero de la Asociación de Empresarios de Catar (QBA), aunque no excluye efectos a "medio o largo plazo".
Para Rachid ben Ali Al Mansuri, Presidente de la bolsa de Catar, lo peor ya pasó. La segunda plaza financiera de Medio Oriente perdió más de 7% el 5 de junio antes de recuperarse y fluctuar desde entonces en torno a 6% por debajo de su nivel anterior a la crisis.
Pero algunos datos inquietan a los inversores y las agencias de calificación financiera Fitch, Moody's y Standard and Poor's (SP) han colocado a Catar bajo vigilancia negativa. SP rebajó incluso la nota del país.
"La economía muestra sus debilidades" opinaba a fines de julio la agencia Bloomberg, y destacó que los depósitos extranjeros en los bancos cataríes habían caído en junio como nunca en dos años.
La consecuencia fue una caída en picado de las reservas, de un 30% en junio respecto al mismo mes de 2016, y que están en su menor nivel desde mayo de 2012.
"La incertidumbre conduce a bancos y fondos de inversión a retirar su dinero de Catar, provocando una reducción de las reservas (…)" explica a la AFP Amy McAlistair de Oxford Economics.
"El Banco central han tenido además que recurrir a sus reservas para mantener la paridad del dólar con el rial" catarí, muy golpeado desde el inicio de la crisis, prosigue la especialista.
Al anticipar que la crisis afectará a la actividad, Oxford Economics redujo de 3.4% a 1.4% su previsión de crecimiento para 2017 y elevó de 1.5% a 1.8% la de la inflación, estimulada por la esperada alza del precio de los productos importados, entre ellos alimentos.
La crisis genera un impacto para el volumen de negocios y beneficios de la compañía nacional Qatar Airways, que ha tenido que padecer anulación de vuelos o alargar su trayectos. Además la crisis amenaza la posición de centro mundial de operaciones adquirida por el aeropuerto internacional de Doha.
InversionesPero los economistas subrayan asimismo la solidez de la economía. "Catar es el país que mejor encaja los golpes en Medio Oriente", y su "economía y situación financiera son las más estables", destaca Andreas Krieg, analista del King's College de Londres.
Este minúsculo país (2.6 millones de habitantes, de los cuales 80% son extranjeros) es el más rico del mundo por habitante, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). Alberga las terceras reservas de gas del planeta y es el primer exportador mundial de gas natural licuado (GNL).
Aunque la crisis corre el riesgo de encarecer la organización de "su" Mundial de fútbol en 2022, los US$ 200,000 millones en inversiones públicas previstas en infraestructuras sostendrán el crecimiento de Catar en los próximos años.
Además, Catar dispone de un 'tesoro' de unos U$ 330,000 millones a través de las participaciones internacionales de su fondo soberano, el Qatar Investment Autorithy (QIA).
El Catar juega la carta de sus exportaciones del GNL, que es improbable se vean perturbadas debido a la dependencia de los países de la región del gas catarí, según los expertos.
"Hará falta tiempo para medir el impacto total de las sanciones económicos en la economía", destaca Amy McAlistair, pero "probablemente Catar podrá soportar las sanciones económicas durante varios años".