Redacción Gestión

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LONDRES (Reuters).- Las acciones europeas cayeron , al reinstalarse con intensidad los temores sobre la enorme carga de deuda de algunos países de la zona euro, lo que golpeó especialmente al sector financiero.

Las mayores caídas del FTSEurofirst 300 las sufrieron las acciones del italiano UniCredit y del francés Societe Generale, con pérdidas en torno al 6% por los crecientes temores a un eventual rescate para España que sacudieron la confianza del mercado.

El índice FTSEurofirst 300 de las principales acciones europeas cerró con una caída de un 1.58%, a 1,027.73 puntos, registrando un descenso del 2.3% en la semana, en su cuarta perdida semanal consecutiva.

"Es difícil que el mercado se recupere cuando el sector bancario europeo sigue estando bajo una enorme presión. Nos está diciendo que los problemas no se han solucionado, que sólo han sido postergados", dijo Lex van Dam, gerente de fondos de cobertura en Hampstead Capital.

El IBEX 35 de la bolsa de Madrid, que se desplomó un 3.6% y tocó su nivel más bajo en tres años, fue el índice más afectado en toda Europa.

Los rendimientos de los bonos soberanos españoles a 10 años subieron y el costo para asegurar deuda contra incumplimiento de pago sobrepasó por primera vez los 500 puntos básicos, debido a que el récord de préstamos que los bancos españoles tomaron con el Banco Central Europeo subrayó los temores respecto a las finanzas nacionales.

"Sigo sosteniendo que España va a ser una preocupación, pero estoy trabajando sobre la suposición de que el panorama no se deteriorará tanto como creen los mercados", dijo el economista de Commerzbank Peter Dixon.

"En base a la suposición de que muchas compañías europeas particularmente aquellas expuestas al ciclo internacional seguirán teniendo un buen desempeño y generarán cifras razonablemente decentes, no creo que necesariamente todos quieran desprenderse de sus acciones en este momento", agregó el economista.

Las acciones del sector minero sufrieron la presión de los datos que mostraron una caída en la confianza del consumidor estadounidense, que agravó la preocupación sobre la fortaleza de la mayor economía mundial, y tuvo un efecto perjudicial sobre la perspectiva para la demanda de metales.