Redacción Gestión

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Londres (Reuters).- Las acciones europeas cerraron la última sesión completa del 2012 en baja, en medio de tambaleantes expectativas de alcanzar un acuerdo que evite que Estados Unidos caiga en el temido "abismo fiscal" que dejó a los papeles vulnerables a sufrir una toma de ganancias.

El índice FTSEurofirst 300 cerró con una caída del 0.62%, a 1,130.56 puntos, mientras que el cuyo índice de fortaleza relativa de 14 días está en territorio "sobrecomprado" cayó un 1.2%.

Con los mercados abiertos por última vez en el año en Austria, Italia, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Suecia, Noruega y Suiza, y un acuerdo incierto en Estados Unidos para evitar enormes aumentos de impuestos y recortes de gasto gubernamental, el viernes fue la última oportunidad de muchos inversores de recoger beneficios tras las subidas de los últimos seis meses.

Las han contribuido a que el Euro STOXX 50 registre su primera pérdida semanal en seis semanas, si bien el índice se encuentra aún cerca de su nivel más alto en 17 meses.

Una de las señales de la preocupación existente es el índice de volatilidad un indicador del temor del inversor cerca de máximos de cinco meses, y los volúmenes en diciembre del índice del mercado en efectivo de la zona euro camino a ser los más bajos en seis años, según datos de Thomson Reuters Eikon.

Cada sector del Stoxx 600 terminó en rojo, y las caídas estuvieron lideradas por los papeles del sector financiero.

No obstante, el FTSEurofirst 300 estaría registrando una ganancia de un 14% en todo el 2012, mientras que el índice Euro STOXX 50 de las empresas líderes de la zona euro ha subido un 15 por ciento.

Ambos índices están disfrutando de su mejor desempeño anual desde el fuerte rebote del 2009, estimulados por el fuerte respaldo a la economía global por parte de los bancos centrales y las expectativas de que se llegará a un acuerdo en Estados Unidos.

Las acciones europeas se han visto ayudadas también en las últimas semanas por el flujo de inversiones proveniente de Estados Unidos, puesto que los inversores se han vuelto más optimistas respecto a las perspectivas para la zona euro y están intranquilos por la incertidumbre en Estados Unidos.