El Banco Central Europeo debería comprobar si ha ofrecido involuntariamente un apoyo descomunal a industrias perjudiciales para el medio ambiente a través de sus programas de compra de activos, según Jens Weidmann, miembro del Consejo de Gobierno.
El enfoque de la institución para reflejar la composición de los mercados de bonos en sus tenencias está destinado a prevenir distorsiones y proporcionar estímulos monetarios de manera más efectiva, dijo Weidmann el viernes. “Es por eso que tenemos que verificar si hemos permitido involuntariamente que un sesgo se filtre en nuestra cartera de valores, en comparación con el universo de bonos elegibles”.
Sus comentarios son los más recientes en un debate sobre el grado de implicación del BCE en la lucha contra el cambio climático, que se ha intensificado bajo la presidencia de Christine Lagarde. Una línea de trabajo en su revisión de la estrategia, que debe terminar a mediados del próximo año, está dedicada al tema.
Los funcionarios aún tienen que decidir si el BCE puede permanecer completamente neutral en el mercado cuando realiza compras de activos o si está justificado inclinar las compras hacia emisores con credenciales más ecológicas. Se han quejado de que el mercado no refleja adecuadamente los riesgos climáticos.
Weidmann argumentó que los bancos centrales deberían considerar solo comprar bonos o aceptarlos como garantía si sus emisores son transparentes sobre dichos riesgos. El BCE también podría examinar si solo debería usar calificaciones crediticias que incluyan amenazas financieras relacionadas con temas climáticos, dijo.
Al mismo tiempo, advirtió contra la eliminación total de los activos marrones.
“El impacto de la posible exclusión de empresas intensivas en carbono de nuestra cartera no debe sobreestimarse”, dijo. “Soy muy crítico ante las sugerencias de que la política monetaria debería utilizarse para perseguir activamente objetivos de política climática”.
El gobernador francés, Francois Villeroy de Galhau, destacó en un evento separado que él y sus colegas están unidos en la lucha contra el cambio climático. Argumentó que hay “mucho más terreno común” sobre el tema en el Consejo de Gobierno de lo que a veces se dice.
Si bien el BCE no es el único actor, hay formas en que podría contribuir, dijo. La institución debe incorporar el cambio climático en los modelos económicos, así como evaluar los riesgos relacionados con lo climático en su marco de garantía.
“Tendremos discusiones técnicas sobre la mejor manera de proceder, dependiendo en parte de la calificación externa”, agregó.