El (BPI) observa niveles de deuda corporativa muy elevados en , superiores a los de antes de la crisis, por la política monetaria muy expansiva, que no logra que suba la inflación.

Así se desprende del informe trimestral de septiembre del BPI, que asiste a los bancos centrales, en el que analiza la situación de los mercados financieros en los últimos meses.

"Los indicadores de apalancamiento de las empresas (en EE.UU.) han alcanzado cotas que recuerdan a las de anteriores auges del crédito corporativo, como el que tuvo lugar a finales de la década de 1980", dijo el jefe del Departamento Monetario y Económico del BPI, Claudio Borio.

Para estas empresas devolver la deuda sigue siendo poco costoso gracias a que las tasas de interés están en niveles históricamente bajos, pero si suben podrían tener riesgos.

En EE.UU. sólo han reducido su deuda los hogares, cuyo sobreendeudamiento fue una de las causas fundamentales de los problemas de la crisis.

Borio considera que "hay otras señales que apuntan más o menos en la misma dirección: la elevada emisión de deuda de alta rentabilidad, la creciente proporción de bonos con cláusulas laxas y el estrechamiento de los diferenciales de rendimiento".

De hecho, continúa, "pese a las cuantiosas posiciones en efectivo de muchas empresas, la distribución de las calificaciones crediticias ha continuado deteriorándose".

"Naturalmente, la política monetaria extremadamente acomodaticia ha contribuido a esta evolución", dijo Borio.

La baja inflación, pese a la mayor fortaleza de las perspectivas económicas, contribuye a la tendencia alcista de los mercados y a pensar que las principales economías van a endurecer su política monetaria más despacio de lo que se preveía antes, especialmente en EE.UU.

El mercado ha reducido la probabilidad de, al menos, una subida de los tipos de interés en EE.UU. desde el 60 % a comienzos de julio, hasta el 30 % a comienzos de septiembre, según el BPI, cuya sede está en la ciudad suiza de Basilea.

Asimismo el BPI observa una mayor asunción de riesgo, como diferenciales crediticios estrechos, un incremento de la actividad de "carry trade" y cláusulas contractuales menos estrictas para los bonos.

El "carry trade" es una técnica que consiste en financiarse en una divisa con una tasa de interés baja e invertir ese dinero en otra divisa con una tasa de interés más alta.

"Todo esto hace aún más importante comprender las razones de la ausencia de inflación, habida cuenta de que la inflación es la que guía las decisiones de los bancos centrales. Parece que estemos esperando a Godot", afirmó Borio.

La pregunta del millón de dólares es, según Borio, ¿por qué la inflación permanece obstinadamente baja pese a que muchas economías se aproximan o superan las estimaciones de pleno empleo y los bancos centrales han tomado medidas sin precedentes para intentar que suba?

Pero Borio concluye que "lo preocupante es que nadie conoce realmente la respuesta", aunque una de las razones que apunta el informe es que los salarios siguen contenidos.

El BPI destaca que las perspectivas económicas para la zona del euro son especialmente positivas con la tasa de desempleo más baja de los últimos nueve años y los índices de actividad industrial en máximos desde 2011.

La confianza económica también ha subido en la zona del euro y los márgenes de beneficio de las empresas europeas han crecido con fuerza, aunque su rentabilidad está por debajo de la de las empresas de EE.UU. o de economías de mercados emergentes.

Los datos macroeconómicos de EE.UU. fueron fuertes pero el comportamiento de la economía estadounidense fue peor de lo que esperaba el mercado.

La tasa de desempleo de EE.UU. bajó en julio a mínimos desde 2001 y la mejora de los márgenes de rentabilidad de las empresas impulsó a la renta variable.

(Fuente: EFE)