Bloomberg.- La especulación de que el presidente Nicolás Maduro suspenderá el pago de la deuda venezolana ha hecho subir las permutas de riesgo crediticio a niveles récord a medida que se agota el plazo para los pagos de deuda.

Los operadores se han vuelto tan pesimistas, que los contratos de permutas ahora implican un inédito 100% de probabilidades de que el país petrolero entre en default en los próximos cinco años al prevalecer la teoría de que el mandatario socialista privilegiará la alimentación de la población en detrimento de Wall Street antes de las elecciones presidenciales del año próximo.

Sin embargo, un grupo de analistas y firmas gestoras de dinero, entre ellas Emso Asset Management, AllianceBernstein LP y Torino Capital, dicen que el mercado se ha apresurado a juzgar.

Los bonos de Petróleos de Venezuela con vencimiento en 2020 se dispararon 3.8% a 78.1 centavos por dólar este viernes tras comenzar a recibir los acreedores un pago tardío de capital de la compañía petrolera del estado.

"Los ahorros producto de un default serían magros en un horizonte de cinco meses; los costos, incalculables, y los beneficios políticos, cuestionables", dijo Patrick Esteruelas, jefe de análisis de Emso, que administra US$ 5,200 millones.

"No creo que tengan una estrategia de reestructuración y, por cierto, no pienso que hayan llegado a la conclusión de que un default o un default selectivo sea una estrategia eficaz que les sirva en el plano político", dijo.

Si bien el gobierno de Maduro ha sido blanco de las críticas de los legisladores de la oposición por priorizar los pagos de la deuda a firmas de Wall Street en un contexto de escasez de productos básicos, hay indicios de que un default no sería digerible en términos políticos.

Una encuesta de julio de la consultora caraqueña Datanálisis determinó que casi el 60% de los venezolanos consultados no apoyaría un default, aunque eso significara importar más alimentos y medicamentos.

Por otra parte, si bien el país ha puesto a prueba los límites de los plazos de pago, el hecho de que el presidente y los ejecutivos de PDVSA sigan haciendo un gran esfuerzo por transferir fondos a los tenedores de bonos en medio de sanciones más estrictas y dificultades con los bancos intermediarios sugiere que su disposición a pagar no ha disminuido, dijo Francisco Rodríguez, economista jefe de Torino Capital en Nueva York.

"No creo que hagan todo ese esfuerzo por pagar para luego entrar en default por los cupones", dijo. El gobierno venezolano parece "considerar que el problema es un problema general y no hace distinciones entre entidades al tomar una decisión de pago".

Es probable que los inversores sepan más el lunes, cuando está previsto que el gobierno reciba a los tenedores de bonos en Caracas para mantener conversaciones sobre la deuda. Pero Esteruelas dice que la apertura a explorar opciones de reestructuración no cambia el hecho de que el gobierno está resuelto a evitar un default a toda costa.

"Por lo general, si se planea un default, no se hacen pagos porque se quiere preservar la liquidez", dijo Shamaila Khan, directora de mercados emergentes de AllianceBernstein, el octavo mayor tenedor de valores de deuda venezolana. "La paciencia de los inversores es ahora mayor al saber que las transacciones podrían demorarse".