Adaptación. Los jóvenes pueden pasar por  diversas áreas estratégicas del negocio y en el futuro ser mejores jefes.
Adaptación. Los jóvenes pueden pasar por diversas áreas estratégicas del negocio y en el futuro ser mejores jefes.

Según la Fundación Forge Perú, el 75% de jóvenes en Lima opta por trabajar informalmente porque no cuenta con la experiencia que exigen las empresas.

Por eso, Gestión conversó con los expertos sobre cómo un talento sin una amplia hoja de vida puede también desempeñar un rol importante en las compañías.

Habilidades para puestos escasos

Más allá de los conocimientos técnicos, los jóvenes pueden sacar provecho de sus habilidades blandas.

Silvana Cárdenas, country manager de Right Management Perú, señala que las empresas rescatan de esta generación la facilidad y voluntad de aprendizaje, sobre todo si evidencian ganas y humildad para aprender.

Además, la especialista advierte que presentarse como disruptivo, innovador o inteligente digital, no sorprende a los empleadores porque son rasgos comunes de la generaciones Z o Y.

Patricia Padilla, HR consultig manager de CL Selection, sugiere a las empresas encargar a los jóvenes investigaciones y números del mercado. “Verán que son más rápidos en identificar las fuentes de datos y realizar una presentación”, añade.

Por otra parte, según los estudios realizados por ManpowerGroup, entre las posiciones más difíciles de cubrir debido a la escasez de candidatos con experiencia y con suficientes habilidades técnicas son las de pilotos, choferes y técnicos especializados.

Un nuevo reto para la organización

Uno de los miedos que surgen en el empleador es el poco tiempo que podría permanecer a su lado el colaborador.

Sin embargo, para la docente de la carrera de Psicología Organizacional de la Universidad ESAN, Mónica Cárdenas, este es un mito generacional que no contempla oportunidades.

Una de ellas es mejorar el clima organizacional con el fin de hacer sentir a gusto al colaborador joven y retener el talento.

“Si es un trabajo que otorga libertad, respeto de opinión y reconocimiento a su esfuerzo, el joven se compromete e involucra”, comenta la vocera de ESAN.

Pocas organizaciones asumen el reto de instruir al colaborador novato, a pesar de ser muchas veces autodidacta y de fácil adaptación.

El aprendizaje sobre la remuneración

Ante la necesidad de ganar experiencia, algunos candidatos aceptan oportunidades bajo la denominación de “prácticas profesionales” sin recibir un sueldo.

La psicóloga Cárdenas se opone a este sistema. “Si se requiere el cumplimiento de horas y funciones, considero que estas deben ser remuneradas. El esfuerzo y tiempo dedicados a la actividad deben ser valorados y reconocidos”, acota.

Al respecto, Padilla rescata el perfil de los profesionales que evalúan su futuro. “Para algunos la remuneración percibida no es tan relevante como la ventaja de tener una hoja de vida con varias experiencias al culminar la carrera”, menciona.

Desde su visión, Silvia Cárdenas comenta que los jóvenes evalúan si la posición les permitirá también generar una red de contactos. Este factor puede ser relevante para las empresas interesadas en ganar visibilidad.

La universidad es su carta de presentación

Un centro de estudios abre las primeras posibilidades a desarrollar actividades que podrían captar la atención de las empresas.

Padilla ejemplifica algunas labores que pueden revelar el potencial de un aspirante sin experiencia: haber realizado voluntariados, formado parte del consejo estudiantil, haber organizado seminarios o pertenecido a la selección de deportes de la universidad.

“Todo indicador de disciplina y de responsabilidad que pueda reflejar a futuro en la empresa”, explica Padilla.

Mónica Cárdenas explica que los alumnos buscan recomendaciones sobre cómo elaborar un CV y pedir apoyo en su búsqueda laboral.

“Incluso algunos profesores solicitan CV en clase para cubrir plazas en sus empresas”, comenta Cárdenas.