En el plano laboral, se denomina población ‘Nini’ a aquellos jóvenes entre 15 y 29 años de edad que ni estudian ni trabajan, por lo que este grupo poblacional ha sido identificado en los países de América Latina, incluyendo a Perú.
De este modo, el último reporte de la Cámara de Comercio de Lima (CCL) señala que en el Perú la población Nini sumó 1 millón 364 mil 550 durante el 2019, lo que representa el 18.9% del total de la población (7 millones 226 mil personas) que tienen el citado rango de edad.
La cifra del 2019 representó una reducción respecto a la población Nini registrada en el 2018 (1 millón 406 mil 762), es decir, habían 42,212 menos Ninis y con ello se había llegado al número más bajo desde el año 2015.
Sin embargo, el 2020 presenta un escenario distinto enmarcado en la pandemia del COVID -19 que hará que esta población vuelva a aumentar.
En ese sentido, si antes de la pandemia la inserción laboral de los jóvenes en el país era complicada, esta pandemia profundizará esta condición, señala el socio del estudio Vinatega & Toyama, Jorge Toyama.
En conversación con Gestión.pe indica que las medidas para contener el COVID -19 han impactado en la población económicamente activa (PEA), en casi medio millón de trabajadores -entre suspendidos y cesados- en donde los jóvenes fueron los más afectados.
“En crisis, los primeros que pierden son los ‘part time’ y los jóvenes. Los jóvenes normalmente están a plazo fijo, en modalidad formativa y son practicantes. Entonces, han dejado de estudiar, de trabajar, y de estudiar y trabajar porque ese trabajo de ‘part time’, de ‘freelance’ o en las noches fueron los primeros en desaparecer”, sostuvo.
De este modo, señaló que si bien en los últimos años se había visto una mejora respecto al empleo en los jóvenes, ahora la cifra de jóvenes Nini subirá al cierre del 2020 y podría llegar a los 2 millones.
Las razones y complicaciones
¿Por qué aumentará la población Nini? Toyama señala dos factores. En el caso de los jóvenes que estudiaban, éstos han dejado de hacerlo por diversos motivos, entre ellos, que algunos institutos y universidades han dejado de brindar clases.
En este punto, es importante mencionar que la Asociación de Institutos y Escuelas de Educación Superior (Asiste Perú) ya ha alertado que unos 100,000 estudiantes dejaron de estudiar en los institutos durante la cuarentena (entre marzo y junio) principalmente porque los estudiantes no tenían los recursos para pagar la pensión.
Según precisó el gremio, un 50% de la población estudiantil de los institutos (465,000 alumnos) se paga los estudios con recursos propios y un 50% lo paga un familiar; en tanto ambos grupos fueron afectados por la pérdida de empleo.
Similar situación se observa en los estudiantes de universidades, pues según la Federación de Instituciones Privadas de Educación Superior (Fipes) a junio de este año se ha registrado un 15% de deserciones en las universidades, equivalente a 150,000 alumnos.
“Para que vuelvan a estudiar será un proceso muchos más complicado y lento. Alguien que deja de estudiar y que vuelve a estudiar no es tan simple porque tiene que recuperar el dinero, poder trabajar para poder estudiar”, señaló Toyama.
El otro factor -explica el abogado laboralista- es que aquellos jóvenes que trabajaban fueron despedidos por la pandemia o en todo caso ahora se encuentran bajo la figura de suspensión perfecta de laborales.
“Es lo primero que sale (jóvenes trabajadores) porque es lo más fácil de cesar también”, comenta.
Agrega que si los jóvenes encuentran trabajo éste será un empleo informal, por lo que si antes de la llegada de la pandemia la informalidad laboral alcanzaba al 70% de los trabajadores, ahora se calcula que se elevará al 80%, una cifra similar a la reportada de hace 10 años. De este modo estimó que el Perú retrocederá 10 o 15 años de crecimiento formal laboral.
“El que estudiaba ya no estudia, el que trabajaba, ya no trabaja, y el que estudiaba y trabajan, ninguna de las dos también. Es la población más afectadas claramente”, dijo.
Perfil del Nini
De acuerdo al informe de la CCL, el Callao registra el mayor porcentaje de población Nini en el país (25.1%), seguido de Lambayeque (23.1%), Tumbes (22.3%) y Tacna (21.3%).
Al desagregar por sexo, se observa que esta condición afecta mucho más a mujeres (23.5%) que a hombres (14.3%), sobre todo por eventos de la vida personal como la convivencia, matrimonio y el embarazo adolescente, lo que suele presionar a que las mujeres dejen de estudiar profundizando así la brecha de género educativo y laboral.
Al analizar el estado civil de los Nini, se encuentra que el 72.2% son solteros, 20.2% son convivientes, 4.4% son separados y 3.1% casados. En cuanto a su rol en el hogar, el 63.4% declaró mantener su estatus de hijo (a), el 18.8% de esposo(a) y el 17.8% como jefe(a) de hogar.
En cuanto al nivel de educación alcanzado, el 21.1% los jóvenes Nini cuentan con educación primaria y el 21.3% con educación secundaria. La cifra disminuye drásticamente en los jóvenes que cuentan con educación superior no universitaria (14.2%) y universitaria (14.6%).