En los últimos tiempos el concepto de ha demostrado que no se trata de una moda pasajera, sino que ha conseguido hacerse valer y se ha convertido en un elemento indispensable de los profesionales que buscan destacar y ser únicos.

En un entorno con exceso de profesionales es cada vez más necesario diferenciarse. Para ello la mejor herramienta es la marca personal (personal branding), un concepto que surgió en EE.UU. a finales de los años 90 y que en los últimos años ha llegado a los países de habla hispana, concretamente al ámbito de los recursos humanos y a la formación de las escuelas de negocios.

La marca personal consiste en identificar y comunicar aquellas características que te diferencian del resto, que te hacen sobresalir, destacar en un entorno homogéneo y competitivo. Su poder está en la capacidad de influir, lo que requiere tiempo, esfuerzo, paciencia y método.

Para el experto en Estrategia y Branding Personal, Andrés Pérez Ortega, la finalidad de desarrollar una marca personal es ser recordados, ser elegidos, ser visibles y ser una opción diferente.

Para muchos la marca personal es una pérdida de tiempo, un cuento inútil; sin embargo, este concepto aumenta el valor de un profesional en el mercado laboral. Hoy en día se entiende como una ventaja que, de cara al futuro, es posible que se acabe convirtiendo en un requisito indispensable en muchos ámbitos de trabajo.

La marca personal y la web 2.0
Este concepto ha experimentado un auge con el boom de las redes sociales, pues han logrado hacer más asequible su desarrollo puesto que, con la web 2.0, la marca personal resulta más fácil de implementar, dejando a un lado las posibilidades económicas del individuo y teniendo más en cuenta sus cualidades profesionales.

Sus características de inmediatez y conectividad convierten a la web 2.0 en el medio que más favorece su difusión. Así, redes sociales profesionales como LinkedIn han tomado el protagonismo de una forma muy acelerada debido a la necesidad de los profesionales de estar presentes en la red para poder ser visibles a las empresas. Eso sí, aunque se usen estas redes profesionales no hay que dejar de lado las fórmulas tradicionales como el CV.

Fuente: Foro Económico Mundial / Forbes