fusiones
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Amazon y Whole Foods. Burger King y Popeyes. George Clooney (bueno, su compañía de tequila Casamigos) y Diageo. Disney y 21st Century Fox. O tal vez Comcast y 21st Century Fox. Cigna Corp. y Express Scripts Holding Co. Y ahora, los supermercados británicos Asda y Sainsbury's.

Sí. Estoy hablando de fusiones y adquisiciones. El año pasado, estos acuerdos empresariales acapararon los titulares de los diarios de negocios en todo el mundo; y solo en el primer trimestre del 2018, las transacciones mundiales de fusiones y adquisiciones totalizaron US$ 1.2 billones en valor. ¡Increíble!

Más allá de la despliegue mediático, seguramente habrán muchas más novedades y anuncios de este tipo. Unir dos compañías puede sonar simple, pero realmente no lo es. Y el precio final si las cosas no salen bien puede ser el fracaso de ambas empresas. ¿Cómo sé esto? Bueno, he pasado por la experiencia yo mismo.

Increíblemente, fue hace casi una década que comenzamos el proceso de fusión de Orange y T-Mobile en el Reino Unido... lo que llevó a la creación de EE, la compañía de comunicaciones móviles más grande del Reino Unido.

Vendimos EE a BT (British Telecom) por £ 12,500 millones en el 2015, lo que marcó la culminación de muchos años de trabajo y determinación por parte de un equipo inteligente y dedicado. Desde entonces, EE ha ido viento en popa, incluso llegando al puesto número uno en la lista de Mejores Compañías del Sunday Times. Pero no fue siempre así.

Al fusionar compañías, uno puede comprar su pasaje hacia la cima en términos de números de clientes y ventas... pero para mantener ese liderazgo, hay que ganarse el éxito con esfuerzo. Trabajamos arduamente para lograrlo, y es algo que los diversos equipos gerenciales involucrados en estos mega-acuerdos globales tendrán que enfrentar en los próximos meses y años a medida que sus fusiones se concreten.

Mientras enfrentábamos a nuestros competidores en el mercado con miras a ser el número uno, hubo algunos principios clave que seguimos. Estos principios son relevantes ya sea que su compañía opere en telecomunicaciones, en supermercados o en cualquier otro rubro:

1. Propósito
Cada empresa necesita encontrar su propósito más allá del balance general. Existe la necesidad de crear algo que sobrepase las duras y frías métricas de la historia de éxito financiero. Es fundamental que los empleados tengan una razón (además del cheque de pago) para levantarse de la cama por las mañanas.

2. Proceso
El proceso en su negocio determinará su éxito o caída. Si es demasiado draconiano y burocrático, lo retrasará. Si es demasiado flexible y libre, alentará el caos y el riesgo. El desafío es encontrar el punto óptimo: una manera de hacer negocios que genere control y permita medir resultados, y al mismo tiempo fomente el pensamiento emprendedor y la responsabilidad en todos los niveles.

3. Personas
Si el propósito es el corazón y el proceso es la columna vertebral, entonces las personas son el alma de su negocio. Ellos son el activo estratégico clave de su empresa. Tiene que tomar decisiones difíciles desde el principio para asegurarse de tener a las personas adecuadas en los lugares correctos haciendo lo correcto e invertir en aquellos que llevarán adelante su negocio, creando una cultura de logros que no teme recompensar el gran trabajo y separar lo malo.

En definitiva, el trabajo clave para cualquier cambio corporativo importante, ya sea que se esté fusionando, creciendo, optimizando o transformando, es construir un negocio que tenga un propósito claro, con procesos sólidos y personas brillantes.