Las negociaciones de salarios son un paso fundamental. (Foto: Freepik)
Las negociaciones de salarios son un paso fundamental. (Foto: Freepik)

¿A quién no le caería bien recibir un aumento de ? A pesar que la llegada de más dinero a nuestros bolsillos cada fin de mes es muy importante para aligerar gastos, muchas veces nos sentimos imposibilitados de pedirlo.

Ya sea por vergüenza o por no querer quedar mal ante nuestros empleadores, nos quedamos callados y conformamos con lo que nos pagan. Y aunque personas experimentadas y con más años en sus puestos laborales sí se atreven a solicitarlo, los jóvenes profesionales se rehúsan a hacerlo.

Con el fin de descubrir por qué no negocian sus sueldos, el portal publicó un artículo que describe las principales razones que los llevan a conformarse. Para ello, se basó en un estudio realizado por PayScale, sitio web estadounidense que proporciona información sobre salarios, beneficios y compensaciones, en el que se da a conocer que solamente el 37% de los millennials ha pedido un aumento.

En los millennials y los jóvenes adultos, las negociaciones son particularmente extrañas. (Foto: Freepik)
En los millennials y los jóvenes adultos, las negociaciones son particularmente extrañas. (Foto: Freepik)

¿Por qué tienen tan pocas ganas de negociar un salario?

Aunque hay muchas razones por las que se rehúsan a negociar su remuneración, según PayScale sobresalen dos:

Incomodidad. Es natural sentirlo y se incrementa más si lo va a solicitar por primera vez. Si nadie le enseñó cómo hacerlo o no vio a alguien en una situación similar, tendrá que experimentar esa sensación.

Ambición. Debido a que los jóvenes no quieren ser percibidos como ambiciosos, callan. Y aunque la negociación en sí no es un problema, el tema radica en cómo lo pide, por ejemplo: jamás deberá mostrar una actitud arrogante o demandante.

Negociar el sueldo no debe incomodar a nadie. (Foto: Freepik)
Negociar el sueldo no debe incomodar a nadie. (Foto: Freepik)

¿Por qué es importante negociarlo?

No tiene nada de malo. Hacer una contraoferta no es mala, a menos que lo haga con una actitud prepotente. Si lo hace, lo único que obtendrá es que le acepten la propuesta o la rechacen, nada más. Nunca disminuirá su sueldo.

Resultados compuestos. Lo pondrá en una trayectoria más valiosa, que lo beneficiará con el paso de los años. Por ejemplo: los directivos que negociaron su salario en su primer trabajo después de las universidad, ganan más a lo largo de su carrera, a comparación de quiénes no lo hicieron. De esta forma, cuando haya aumentos en su empresa, se basarán en lo que solicitó al principio, haciendo que la suma se eleve más y más.

Efectos a futuro. Si cambia de puesto de trabajo, tomarán en cuenta su salario actual como base. Por consiguiente, empezar con un sueldo más alto, le hará ganar más dinero con el paso de los años y podrá pedirlo cuando postula a un nuevo empleo.

Integridad y seguridad. Pedir un aumento hace ver a una persona segura, que sabe lo que vale por su trabajo, sobre todo si basa su solicitud en datos objetivos. El hecho de querer seguir creciendo profesionalmente y estar abierto a las expectativas, lo hará ver ante tus jefes como alguien íntegro.