La importancia
de ser objetivos al comunicar
La importancia de ser objetivos al comunicar

César Antúnez de Mayolo
Profesor de Pacífico
Business School

Usted tiene algunos años como gerente de una unidad de negocios y encarga a miembros de su equipo directivo, que identifiquen problemas de bajo desempeño y formulen planes de acción ad hoc. Sin embargo, algunos de los reportes que recibe son muy extensos, no van al grano, ni resaltan los aspectos más importantes ni las raíces de los problemas, citando información prescindible y que no agrega valor.

Luego, encuentra planes de acción poco estructurados, con generalidades y poco medibles. En conclusión, pierde mucho tiempo corrigiendo reportes y presentaciones, y como estos directivos no son muy concretos al expresarse, sus argumentaciones son poco objetivas, lo que hace que las reuniones de trabajo sean largas e improductivas.
Todo esto le impide avanzar con proyectos importantes. ¿Por qué es tan difícil encontrar profesionales con buena capacidad de síntesis? ¿Por qué algunos no se dan cuenta de que más información no es siempre mejor? ¿Cómo desarrollamos en nuestros directivos la capacidad de síntesis?

Cuando las palabras sobran

Cuando usamos demasiada información para comunicarnos, generamos reuniones interminables, correos electrónicos muy extensos y mensajes difíciles de retransmitir correctamente, que se convierten en una pesadilla para el día a día en la empresa, atentando contra la eficacia y nuestro buen uso del tiempo.

La falta de atención

Algo que juega en contra para una buena comunicación es la distracción de los receptores de nuestros mensajes. Vivimos en una sobrecarga de información, lo que lleva a debilitar nuestra habilidad para enfocarnos y priorizar (ver otrosí digo).

En un mundo permanentemente conectado con las redes sociales, smartphones e hipervínculos en medio de todo lo que leemos, nos resulta mucho más difícil permanecer enfocados.

En su libro “Your Brain at Work”, David Rock estudió a empleados de diversas empresas en EE.UU. y descubrió que cambiaban de foco diez veces en una hora, con lo que el tiempo productivo que les quedaba para pensar resultaba solo una fracción de lo posible. Ello implica menos capacidad para entender, decidir, recordar, memorizar y también para abstenerse de ciertas decisiones.

Identificar lo importante y comunicarlo bien

Una vez hayamos identificado correctamente un problema, tomémonos un tiempo para ver las relaciones entre sus elementos clave, diferenciando síntomas de causas. Busquemos siempre relacionar el problema con indicadores clave y, de alguna manera, con resultados económicos de la empresa.

El desarrollo de la tecnología pone respuestas inmediatas a prácticamente cualquier duda que tengamos, pero esforcémonos en validar si las referencias que usamos son un aporte para nuestro caso, entendiéndolas bien.

No busquemos impresionar con nuestros informes o presentaciones, sino más bien comunicarnos efectivamente y asegurarnos de que nuestro mensaje haya sido correctamente entendido.

Como sostenía Bernard Shaw, el problema más grande en la comunicación se da cuando siempre tenemos la impresión de que esta se ha llevado a cabo. De nosotros depende que esa impresión no sea solo una ilusión.

La importancia
de ser objetivos al comunicar
La importancia de ser objetivos al comunicar