FOTO 1 | Mito1: Los grandes líderes son personas de alto rango.
Richard Branson es el clásico ejemplo de cómo un gran líder puede llegar a la cima sin haber estudiado en escuelas particulares ni tener calificaciones sobresalientes. Habiendo batallado lo suficiente en la escuela, Branson dejó el bastante renombrado instituto donde estudiaba a los 16 años para empezar una revista llamada Student. La primera publicación ganó 8,000 dólares en publicidad. Y todos conocemos la historia que vivió a partir de ahí el fundador de Virgin. Y luego está la historia de Rachel Ray, toda una personalidad en la industria gastronómica con un emporio que ha amasado más de $60 millones de dólares sin que ella tenga ningún tipo de estudio o certificación en el tema. (Foto: Freepik)
FOTO 1 | Mito1: Los grandes líderes son personas de alto rango. Richard Branson es el clásico ejemplo de cómo un gran líder puede llegar a la cima sin haber estudiado en escuelas particulares ni tener calificaciones sobresalientes. Habiendo batallado lo suficiente en la escuela, Branson dejó el bastante renombrado instituto donde estudiaba a los 16 años para empezar una revista llamada Student. La primera publicación ganó 8,000 dólares en publicidad. Y todos conocemos la historia que vivió a partir de ahí el fundador de Virgin. Y luego está la historia de Rachel Ray, toda una personalidad en la industria gastronómica con un emporio que ha amasado más de $60 millones de dólares sin que ella tenga ningún tipo de estudio o certificación en el tema. (Foto: Freepik)

La constante aparición de nuevas tecnologías junto con la hipercompetitividad en los mercados obligan a las empresas a seguir el camino de la transformación. Los cambios son cada vez más rápidos y la capacidad de los ejecutivos para adaptarse a ellos les brinda una gran ventaja respecto a sus competidores.

Pero más allá de las exigencias de este mundo digitalizado, los desafíos continúan siendo las personas y sus particulares necesidades de desarrollo, tanto a nivel individual como interpersonal.

Para Edgar Cateriano, director de Programas Corporativos en PBS, un "líder transformador de cualquier organización debe trabajar en desarrollar sus fortalezas y, al mismo tiempo, tener confianza en sí mismo y los demás".

Citando al consultor austríaco Peter Drucker (1909-2005), Cateriano recomienda a los ejecutivos potenciar sus fortalezas de gestión en vez de enfocarse en las debilidades que creen tener. "A Usain Bolt, en sus inicios en el atletismo, le pedían mejorar las salidas lentas, en vez de reconocer como fortaleza sus largas zancadas. Para reconocer las fortalezas, cada persona debe evaluar su identidad, valores, prioridades y capacidades", dijo en la última charla-taller del Salón Gestión-PBS.

El ponente también puso énfasis en la inteligencia colectiva (equidad en el grupo y contacto visual) y el pensamiento integrador (conectar ideas opuestas para una solución creativa) como capacidades clave de un líder en transformación.

"Mis mejores experiencias como directivo han sido explicar algo a compañeros. Entrenar a colegas es lo que realmente te puede hacer crecer en tu organización", dijo Cateriano, quien resaltó la resiliencia ante los fracasos como parte fundamental de todo proceso de transformación.

¿Transformación en el sector público?
Cateriano recomendó a los funcionarios del sector público trabajar en una primera instancia en proyectos puntuales con un equipo seleccionado y generar una historia de éxito para luego comunicar de manera apasionada sus beneficios y empezar a crecer de a pocos a otros niveles de la institución.

"Es necesario una hiperconcentración en proyectos emblemáticos, cuidando sobre todo los ámbitos asociados a la corrupción, y para ello se requiere ser absolutamente transparentes", anotó.