Julio Berrocal, socio líder de Deloitte Perú,
Julio Berrocal, socio líder de Deloitte Perú,

Para Julio Berrocal, los cambios se hacen más llevaderos cuando la cultura de la organización es sólida y la familia se convierte en un soporte. El socio líder de Deloitte en Perú cuenta divertido haberse habituado al clima de la capital, hasta a sus temblores, después de haber dejado la región del Caribe colombiano para asumir su más reciente cargo.

¿Cómo fue el proceso para aceptar el cambio de país?
Cuando a uno le hacen una solicitud así, no se puede tomar la decisión de inmediato. Pero Perú es un país de oportunidades, además una firma con cultura sólida bien cimentada va a desarrollar cualquier estrategia que se proponga.

¿De qué manera definiría su estilo de liderazgo?
Creo que son varias capas. La primera consiste en identificarse con los valores de la organización como la integridad, inclusión frente a la diversidad cultural, la pasión por la calidad y el compromiso mutuo, sobre todo cuando tienes diversas líneas de servicio. No puedo pensar en Perú, sino globalmente.

Hay una interacción mutua…
Así es. El encontrar espacios de diálogo, el que los equipos sean multidisciplinarios y que cada quien pueda ver las cosas desde un punto de vista diferente desemboca en soluciones más creativas e interesantes. Esa es una enorme base y de ahí se deriva lo demás.

¿Se trata de ser integrador?
Exactamente. Me gusta encontrar espacios de colaboración, donde podamos opinar respecto a proyectos específicos para tratar de llegar a un consenso. Me gusta trabajar con las personas, tratar de ponerme en sus zapatos, entender sus emociones.

¿En qué sentido es importante?
Creo que para que seamos exitosos tenemos que hacer lo posible para que nos sintamos felices de hacer lo que estamos haciendo. Eso es lo que motiva a la gente a ser creativa, innovadora, comprometida.

¿Para usted, todos deberían hacer de todo o cómo funcionaría?
No soy de los que piensan que somos toderos. Las personas tenemos ciertas fortalezas y debemos construir equipos competitivos en la medida en que aquellas sean diversas. Para esto el líder debería tener bien clara la visión de la firma, la estrategia de negocio y las acciones a desarrollar.

¿Es complicado atraer y retener talento en la industria?
Para mí el talento es el centro de todo. En este mundo, donde el cambio es constante, hay que entender que la rotación de alguna manera y sobre todo en las nuevas generaciones va a estar en la mesa, es un reto que tenemos, pero los millennials son una oportunidad inmensa para una organización como esta.

¿En qué sentido?
Las cosas cambian tan rápido que los servicios que ofreces hoy quizá mañana hayan caducado y al cliente ni le interese ni le sirva. Los millennials son los que más capacidad tienen para enfrentar el cambio y entender mejor qué buscan las organizaciones, entonces se trata de empoderarlos para que lideren esos procesos de cambio.

¿Qué es lo que más preocupa?
Hay algo que está en el top of mind: para sobrevivir con una organización tengo que aportar decisivamente a la sostenibilidad del entorno y los millennials son los más indicados para liderar lo que en términos de sostenibilidad se puede hacer.

¿En qué consisten sus actividades de distensión?
A mí me gusta mucho viajar, tengo la fortuna de que a mi mujer también y ahora lo trato de hacer con mis hijos. Me gustan mucho otras culturas, también los deportes aunque más verlos por tevé que practicarlos. Eso sí, normalmente trato de caminar o trotar.

¿Cuáles son esos deportes?
El béisbol, en la región del Caribe colombiano, es uno de los más populares, aunque tenga una duración incierta. Tienen que ponerte fuera 27 veces para que pierdas la oportunidad de seguir anotando. Ha habido juegos de ocho horas. Otros de dos.

¿Qué es lo que más le agrada?
Es muy estratégico, con muchas reglas. Uno disfruta tratando de vaticinar la estrategia o decisión que va a seguir cualquiera de los equipos.

¿Qué tan probable es poder desconectarse con éxito?
No soy de los que piensan en lo personal versus lo laboral, uno es parte de lo otro, desconectarse 100% es imposible. Cuando salgo de vacaciones sé que puedo conectarme si algo requiriera de mi apoyo. Claro, antes de irme, veo que todo quede organizado, pero tengo confianza en mi equipo.