¿Cómo entrenar el cerebro para que tenga más ideas positivas que negativas? (Foto: VectorStock)
¿Cómo entrenar el cerebro para que tenga más ideas positivas que negativas? (Foto: VectorStock)

Nuestro cerebro no está diseñado para crear felicidad, no importa que tanto queramos que sea así. Nuestro órgano más importante ha evolucionado para lograr sobrevivir. Se guarda los químicos "felices" (como la dopamina, serotonina y la oxitocina) para oportunidades extremas donde lo necesite, solo liberándolos en pequeñas proporciones que son rápidamente metabolizados. Esto nos motiva a seguir avanzando para estimular nuestros químicos de la felicidad.

Al final, una persona puede terminar con muchos químicos “tristes” en la búsqueda de los “felices”, especialmente al final de un día estresante de trabajo. Existen numerosas razones por las cuales nuestro cerebro se vuelve “negativo”.

Por ejemplo, el cortisol tiene su propio propósito de supervivencia. Alerta a una persona de algún obstáculo en el camino para satisfacer sus necesidades. De esta manera, se puede hacer una búsqueda segura de los buenos sentimientos.

No obstante, al hacer esto, el cerebro encuentra otro obstáculo. Una persona puede sentirse muy frustrada si sigue a su instinto de supervivencia cada vez que se activa. Afortunadamente, existe una forma simple de cambiar esta negatividad natural.

Existe un ejemplo que expresa esto muy bien y se llama "La paradoja de la caca de perro". En algunas ciudades, los perros dejaban sus excrementos por todos lados, ya que no existía alguna norma que lo impidiera.

Al ser creada una ley para que todos recogieran las desgracias de sus mascotas, ninguna persona notó que tan limpia estaba la calle. ¿Hizo a alguien feliz? No. Ellos solo notan cuando pisan los excrementos, y se enojan mucho al respecto.

Nuestro cerebro ha evolucionado para escanear problemas y es experto en encontrarlos cuando busca por ellos. Por ejemplo, algunos reporteros predijeron el fin de la sociedad civilizada cuando la bicicleta fue inventada.

Ellos argumentaban que el hecho de llegar de un lado a otro rápidamente eliminaría las conversaciones largas, así como dejarían a los deportistas exhaustos por la tarde. Estamos tan acostumbrados para encontrar amenazas, aún incluso cuando buscamos recompensas.

Construir un circuito positivo

La negatividad puede consumir a una persona, a menos que se cree un circuito positivo. Para hacerlo, se tiene que invertir un minuto buscando elementos positivos, tres veces al día por cuarenta días. Esto entrenará al cerebro para buscar las cosas positivas así como está entrenado para encontrar las negativas.

Los más extremistas pueden pensar que en un mundo tan oscuro no existen tantas cosas buenas como para realizar este ejercicio. No se necesita rescatar a niños en un orfanato en llamas o terminar con el hambre del mundo para crear elementos positivos. No importa que tan pequeño sea, cualquier cosa que sume creará el camino adecuado para encontrar más cosas positivas. Solo para un momento para apreciar que no existe excremento de perro en tu camino.

Parece imposible buscar cosas positivas cuando las negativas son tan aparentes, pero en realidad solo se necesita hacer un cambio de filtro para identificarlas. Por otro lado, la presión social podría llevar a uno ver todo negativo, ya que las demás personas lo hacen. Lo más recomendable es tratar de ignorar a estas personas, que podrían provocar consecuencias sociales desfavorables, pero el beneficio sería mucho mayor.

DETENER la negatividad

Cuando se construye un circuito positivo, lo principal es detener la negatividad con un "Agente Personal" y "Expectativas Realistas". La primera se relaciona con el placer de dar el siguiente paso. Nunca se puede predecir los resultados del esfuerzo que uno da para progresar, pero siempre se puede elegir el siguiente paso para cumplir las metas.

Por otro lado, las "Expectativas Realistas" son las alternativas que se generan cuando el cortisol surge. Si bien es natural sentir que existe una amenaza a la supervivencia cuando los esfuerzos fallan en traer recompensas visibles, es necesario recordar que la vida no peligra. Los mayores logros del ser humano normalmente vienen de esfuerzos que no brindan recompensas inmediatas. Si los resultados son desalentadores, se puede ajustar las expectativas y hacer otro paso.

Detenerse y cosechar. Es la gran idea de esto, porque las "Expectativas Realistas" llevan a una personalidad activa. De esta manera, se estimulan los químicos de la propia felicidad en lugar de solo esperar que el mundo los estimule para uno mismo.