El empleo juvenil no mostró su mejor rostro el 2019. De acuerdo al último informe de la Situación del Mercado Laboral del INEI la participación de los jóvenes retrocedió 8.7% en relación al 2018 –“casi 10%”- lo que implica que cerca de 79,000 jóvenes no fueron absorbidos por el mercado laboral solo en Lima Metropolitana. El mercado laboral absorbió en mayor medida –el año pasado– a la población de 45 a más.
¿Qué razones están detrás de este resultado? Miguel Jaramillo, investigador principal del Grupo de Análisis para el Desarrollo (Grade), en diálogo con Gestión.pe calificó esta caída de “impresionante” tomando en cuenta que esta cifra “debería ser positiva en 1%” que es más o menos es el número de jóvenes que se integran o son absorbidos por el mercado del trabajo.
“En condiciones normales se esperaría que buena parte de estos jóvenes se integren al mercado laboral buscando trabajo o ejerciéndolo, lo que tenemos más bien es que casi 10% de los jóvenes se han retirado del mercado laboral en comparación al 2018. Mi impresión es que la demanda de empleo ha sido pobre el 2019, lo que tiene que ver con las condiciones económicas en general”, apuntó.
–¿Qué factores han generado un desempeño negativo en el empleo juvenil?–
Si tú miras el crecimiento por rango de empresas, el único que ha crecido es de las compañías con más de 50 trabajadores. En las micro y en las de hasta 50 trabajadores (el empleo) ha caído y ahí está el grueso de la fuerza laboral. Si estos jóvenes hubieran sido absorbidos por el mercado probablemente las cifras de calidad del empleo hubieran caído significativamente porque –como sabemos– son muy pocos los jóvenes que se incorporan al mercado laboral formal. La probabilidad de que un joven logre un contrato formal es de 20%: de cada 100 jóvenes que ingresan al mercado laboral, 98 van a la informalidad. Creo que esta baja en la participación de los jóvenes en el mercado laboral es lo que explica que las cifras de crecimiento de las remuneraciones –si bien son positivas– sean muy pequeñas.
–¿Cuánto ha influido la migración venezolana en la precarización del empleo juvenil?–
Es difícil saberlo porque con el informe del INEI no se puede decir mucho porque no tiene datos de informalidad. En general, los migrantes venezolanos tienen mejores niveles de educación. En ese sentido, si vez la cifra de participación por nivel educativo, lo que más ha crecido es el segmento superior universitario y parte de este resultados es porque están llegando migrantes con mayor probabilidad de educación superior universitaria en comparación a los peruanos.
–¿Se requiere una ley de empleo juvenil ante estos resultados a lo que se añade el caso McDonald’s que reveló la situación del empleo juvenil en las empresas formales?–
Más que una ley propiamente dicha lo que se necesitan son programas de políticas activas para promover el empleo juvenil. Me parece que las normas desalientan el empleo formal porque la hace más cara.
–¿Qué políticas activas se necesitan?–
Muchos jóvenes preferirían tener un empleo de tiempo parcial, pero es muy difícil establecer el tiempo parcial en Perú. (De acuerdo a la normativa vigente, la jornada de un trabajador a tiempo parcial debe ser inferior a cuatro horas diarias). Si se trata de mirar las normas debería replantearse la definición del empleo a tiempo parcial. Otra medida en ese sentido –para mejorar el empleo juvenil– podría ser tener una contabilidad de lo que es empleo a tiempo parcial. No es razonable que sea considero trabajo a tiempo completo cuando se labora cinco horas durante un día a la semana. Eso se puede cambiar fácilmente con una definición, que mire horas de trabajo semanales y no por día: si –por ejemplo– trabajo 30 horas a la semana a partir de ahí podría ser considerado tiempo completo pero si trabajo menos de 30 horas sea considerado tiempo parcial, lo que le daría muchísima flexibilidad a las empresas para contratar a jóvenes que ahora están castigados. Lamentablemente, este gobierno no quiere tocar el empleo juvenil.
–¿Se esperaría mejoras en el empleo juvenil este año?–
No espero ningún cambio dramático para este año. El empleo va a crecer dependiendo de lo que marque la economía y según el BCR vamos a crecer un poco más que el 2019. Pese a ello, no creo que la situación del empleo sea distinta a la del 2019.
