Con la irrupción del trabajo remoto, las capacitaciones que las empresas dirigían a su personal se centraron en el desarrollo de habilidades digitales, con el fin de adaptarse a él lo más pronto posible y así sobrevivir en el mercado, indica el gerente comercial de Manpower Group, Daniel Galdos. Si bien esta prioridad se mantiene, en el transcurso de los meses se han incluido otras vinculadas con las habilidades blandas.
“La tendencia ha estado muy enfocada en desarrollar habilidades digitales entre los trabajadores, porque parte del personal de algunas empresas tenía dificultades para desempeñarse en estos canales. Ya no se trata solo de videollamadas o de compartir documentos, sino de desarrollar procesos más complejos como el design thinking de manera remota”, dijo a Gestion.pe.
Esta necesidad se hizo notoria durante los primeros meses de la pandemia y continuará siendo un foco de atención para las empresas por lo menos hasta que se logre mayores avances en esta dirección.
Si bien la primera preocupación de las empresas fue mantenerse vigentes en el mercado a pesar de todas las limitantes que imponía la pandemia del coronavirus, señala Galdós. Cuando lograron hacerlo, repararon en que el trabajo remoto había producido gran desgaste y estrés entre los trabajadores, por lo que muchas de ellas han priorizado el brindarles herramientas para manejar el estrés, administrar mejor los tiempos y desarrollar resiliencia.
Para la gran mayoría de trabajadores, explica, el trabajo remoto o teletrabajo no ha satisfecho sus expectativas de elevar su calidad de vida, sino que por el contrario las jornadas laborales se extendieron, el tiempo para compartir momentos de calidad con la familia se redujo y el trabajo se fue acumulando.
“Está tomando mucha relevancia todo lo que tiene que ver con darles mayor calidad de vida a las personas, porque definitivamente hemos estado trabajando bajo mucha mayor presión que antes. Mejorar nuestra resiliencia y nuestra capacidad para asumir nuevos retos son aspectos por los que las empresas se han preocupado mucho en este proceso”, añadió el gerente.
La enseñanza de estas habilidades se imparte principalmente a través de talleres o de un acompañamiento periódico brindado a los trabajadores.
Capacitar con escasos recursos
Las formas de ejecutar estas capacitaciones han variado de acuerdo con los recursos de cada empresa. Aquellas que gozaban de recursos contrataron a empresas especializadas en este rol, sin embargos muchas se han visto imposibilitadas de hacerlo, pues la crisis económica las ha dejado en una situación vulnerable.
Para estas últimas, la mejor alternativa han sido los programas de mentoring, que consisten en la transferencia de conocimientos y el aprendizaje a través de la experiencia. Los roles de mentores pueden asumirlos los propios trabajadores, con el fin de reducir los costos de la empresa.
“El mentoring es una solución práctica y económica. Permite aprovechar el conocimiento que se tiene a la interna para poder compartirlo con el resto del equipo. Por ejemplo, siempre hay gente que tiene más desarrollado el manejo de ciertas plataformas y ellos pueden ayudar a sus compañeros a alcanzar el mismo nivel de manejo. Es una manera sencilla, básica, de capacitar, pero adecuada para un momento en que tenemos que controlar mucho el gasto”, sostuvo Galdós.