Asia Pacífico
Asia Pacífico

Puede que sea la región más dinámica del mundo pero Asia Pacífico no alcanza su potencial económico y eso en parte tiene que ver con la igualdad de género, según el .

Las políticas orientadas a lograr más en las economías podrían sumar US$ 4.5 billones al PBI anual de la región para el 2025, o un 12% más que si se mantuviera el statu quo, expresó el martes en un informe MGI, la rama de negocios e investigación económica de McKinsey & Co.

“Las mujeres pueden ayudar –y están ayudando- a impulsar este motor, realizando aportes vitales para sostener y aumentar el crecimiento de Asia y sacar más gente de la pobreza”, escribieron los autores del informe. “Sin embargo, en muchos países de la región las brechas en igualdad de género siguen siendo grandes, tanto en el trabajo como en la sociedad”.

Los investigadores calculan que el 58% de ese crecimiento potencial provendría de elevar el porcentaje de participación de las mujeres en la fuerza laboral, una cuarta parte de poner a más mujeres a trabajar en sectores de mayor productividad y 17% de aumentar las horas de trabajo de las mujeres.

MGI evaluó 18 economías de la región en cuanto a igualdad de género en el trabajo y en la sociedad. Según las cifras referidas al trabajo, Filipinas recibió elogios por sus progresos, seguida por Nueva Zelanda y Singapur. India y Pakistán fueron considerados los peor ubicados en materia de paridad de género en el trabajo.

Si bien en el plano mundial hay menos de cuatro mujeres por cada 10 hombres en puestos de liderazgo, la proporción es de sólo una en cuatro en la , según el informe. En cuanto a las cifras sociales, el sur y el sudeste de Asia ofrecen mucho potencial para la paridad de género en la inclusión digital y financiera, mientras que la seguridad física y la autonomía se consideran preocupaciones de mayor magnitud.

Los cálculos de MGI se centran en estimaciones del ámbito de la oferta que dan cuenta de los porcentajes de participación en la fuerza de trabajo por grupos de género y edad, trabajo a tiempo parcial frente a trabajo a tiempo completo entre los hombres y las mujeres y patrones de empleo para los hombres y las mujeres en los distintos sectores.

Los autores señalan que el enfoque centrado en la oferta requiere políticas del lado de la demanda, incluidas aquellas que contribuirían a crear empleos que atraigan a las trabajadoras.

Las mujeres representan la mitad de la población de pero aportan sólo el 36% de un PBI de US$ 26 billones –lo mismo que el porcentaje mundial, mostró el informe-.

Por otra parte, si bien la región en su totalidad mostró “progresos significativos” en materia de igualdad de género en la última década –incluyendo la salud materna y la alfabetización de adultos-, se necesitan muchas mejoras para aumentar la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo, según el informe. Ese es uno de los cinco parámetros que usó el grupo para medir la igualdad de género en el trabajo.

Aunque Singapur muestra altas calificaciones en este rubro, ya que aumentó la participación femenina de 28% en 1970 a 58% en el 2016, ni siquiera las políticas relativamente progresistas de la ciudad-estado impidieron una gran brecha de género en áreas como las horas trabajadas y la productividad.

Los autores de MGI sugieren que fomentar la participación de las mujeres en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la matemática y resolver el problema de la falta de aptitudes deberían ayudar a mitigar la desigualdad de género de Singapur.