Apple
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Hace cinco años, lanzó un dispositivo que pensó atraería a los consumidores en uno de sus mercados emergentes más importantes.

El iPhone 5C fue un fracaso. Se suponía que la letra C representaba Color, o alternativamente China. En China, simplemente significaba “cheap” (barato).

Dos años más tarde, Apple sacó el . Lo especial de la "edición especial" fue que se lanzó a mitad de ciclo –en marzo de 2016– y tenía muchas de las mismas altas especificaciones que Apple había presentado en los productos que lanzó en septiembre, en particular, el procesador y la cámara.

Como escribí en ese entonces, Apple había aprendido claramente la lección del 5C y tomó medidas para satisfacer a los mercados emergentes combinando los ahorros en los costos de los componentes de un teléfono de seis meses con un lanzamiento a mitad de ciclo que le permitió ser el "último". Pero todavía era un teléfono barato, y no alivió las dificultades de Apple en la Gran China. Los ingresos disminuyeron durante dos años consecutivos en medio de un renovado nacionalismo y la preferencia por la flexibilidad que ofrecen los dispositivos Android.

Sería exagerado calificar a cualquiera de los últimos iPhone de Apple de barato. Eso es deliberado. El más económico cuesta US$ 749, casi el doble del precio del iPhone SE de US$ 399 cuando fue lanzado hace dos años y medio.

Lo que Apple parece haber aprendido de la experiencia del iPhone 5C y SE es que los consumidores de todo el mundo no necesariamente quieren una alternativa más barata. Muchos en los mercados emergentes como China incluso se resisten a la idea, ya que un teléfono con bajas especificaciones causa una pérdida de prestigio.

Cupertino aprendió con el que hay un sólido mercado de dispositivos de alto precio, siempre que se demuestre la relación precio-calidad. En la Gran China, por ejemplo, los ingresos del trimestre de diciembre del año pasado –el período posterior al lanzamiento del iPhone X– aumentaron un 11%, y en los trimestres posteriores subieron un 21.4% y un 19.3%.

Una parte importante de la nueva estrategia de Apple es que el dispositivo de menor precio lanzado esta semana, el XR, tiene el mismo procesador y una resolución de cámara tan alta como sus contrapartes más caras. La principal diferencia está en el tipo de pantalla y su calidad; eso es suficiente para justificar el mayor precio, pero no tanto como para que quien compre un XR quede como perdedor al usarlo.

Pero donde Apple realmente ha sacado provecho de las necesidades del mercado emergente es en su esperada migración a las tarjetas SIM duales. Como señaló mi colega Alex Webb, permitir dos módulos de identidad de suscriptores en el mismo dispositivo es lo peor para las empresas de telecomunicaciones.

Sin embargo, los consumidores en los mercados emergentes los adoran. No solo pueden buscar la mejor oferta del proveedor de telecomunicaciones, sino que además obtienen la comodidad de tener dos números de teléfono: trabajo y diversión, local e internacional, cónyuge y compañero. En China y en muchos otros mercados emergentes, los clientes utilizan con frecuencia cuentas prepagas y las recargan.

Cada uno de los dispositivos que presentó Apple esta semana permite instalar una tarjeta nano SIM y una eSIM. La primera es una tarjeta física, la segunda es solo es un dispositivo virtual, pero ambas permiten tener una cuenta y un número de teléfono cada una.

En China, Hong Kong y Macao, sin embargo, Apple ofrece un modelo con dos tarjetas nano SIM. Es probable que esto sea para eludir las restricciones locales al uso de las eSIM. En su sitio web en inglés, Apple menciona dos nano SIM solo para el modelo XS Max de gama alta, mientras que el sitio web de China también muestra su disponibilidad para el XR de gama baja.

Es una estrategia muy interesante, reconociendo el hecho de que algunos clientes quieren dos SIM para obtener mejores precios de las compañías de telecomunicaciones, mientras que otros las quieren por la posibilidad de tener dos números de teléfono.

Así que recapitulemos. Hace cinco años, Apple persiguió al mercado chino ofreciendo un dispositivo barato y colorido con especificaciones inferiores. Hoy, su dispositivo más barato es casi tan bueno como su equipo de gama alta, y está adaptando el producto de China ofreciendo doble tarjeta nano SIM (para cumplir con las regulaciones locales) y poniéndolas en los modelos más caros del mercado.

Apple, sin duda, ha recorrido un largo camino para entender qué es lo que realmente quieren los consumidores chinos.

Por Tim Culpan

Esta columna no necesariamente refleja la opinión de la junta editorial o de Bloomberg LP y sus dueños.