Andrés Gaviria

El Programa de Alta Dirección (PAD) de la Universidad de Piura y el diario Gestión reunieron a cinco ejecutivos de diversas compañías que tienen experiencia como miembros de algunos directorios o seleccionando a los directores, para dialogar sobre cómo puede agregar valor de manera sostenible el directorio de una empresa y qué características deberían cumplir para lograrlo.

La primera diversidad es la independencia. Cuando uno mira las prácticas más evolucionadas del directorio, en el 2017 de las 500 compañías del Standard & Poor’s (S&P), el 85% de los directores eran independientes, en el Perú estamos lejos de ese ratio. Sobre el número de integrantes, lo recomendable es siempre impar, en el Perú está entre 7 y 9. Según S&P, el 72% están en 11 directores. 

Pero más allá del número, lo importante es el porqué. Debe haber un link entre la estrategia y la construcción de valor y el tipo de director que estoy trayendo. Cuando nos invitan para apoyar en la búsqueda de directores y preguntamos por qué necesitas un director, la conexión que a veces nos dan frente a la estrategia es muy bajita, y la respuesta es porque se acaba de ir alguien o porque necesitamos un director más. 

En el caso de las mujeres, el tema va más allá de una cuota, es el mensaje que quieres enviar: las llevas solo porque son mujeres o porque aportan. Las mujeres definitivamente traen una visión distinta. 

En la medición de S&P, de los 11 miembros en los directorios 2.4 son mujeres. Es sumamente bajo, pero la diversidad va más allá de tener mujeres. Muchas veces, se busca tener capacidades específicas, como todo lo relativo a transformación digital, pero no se está dispuesto a incluir en el directorio a una persona con menos de 40 años.Un tema importante es cuánto tiempo debes estar como director. En otros lugares se evalúa a los directores que deben funcionar como un equipo ejecutivo. Aquí son como un equipo intocable. El directorio debería estar en función de la estrategia y en función de ella ser evaluado y cambiado.