En el contexto actual, ¿qué esperar para la economía?

La implicancia es muy severa, vemos los datos adelantados de marzo y hay caídas en el sector energía, servicios, menor crecimiento del crédito. Se viene un golpe muy fuerte con una caída de dos dígitos en la producción del mes pasado. Estamos ante un shock externo que se ve exacerbado por las medidas de aislamiento social.

La situación es muy compleja, felizmente tenemos las herramientas para amortiguar este shock tan adverso. Lo crucial es la ejecución de las políticas que se vienen llevando a cabo y estudiar que las iniciativas en otros estamentos, como el Congreso, sean debidamente analizadas y prime lo técnico.

Sobre el plan de estímulo económico del Gobierno, ¿las medidas se están dando en el orden y en la línea correcta?

Es positivo porque tiene la envergadura que amerita. Hay que aclarar que no es 12% del PBI como impulso fiscal, esto es parte de ello. Unas son las medidas de gasto, en torno a 5 puntos del producto, de las cuales la gran mayoría probablemente se ejecute en la fase de reactivación.

A esto se suman alivios tributarios que son temporales y también otros instrumentos como el plan de S/ 30,000 millones planteado por el BCR y el MEF, el programa donde el Estado va a garantizar carteras.

¿El efecto de la medida del BCR y MEF sería inmediato?

Algo similar se hizo en 1998, en medio de una crisis mucho menor, y no funcionó; fue inefectivo, extemporáneo y los bancos no hicieron uso de esta posibilidad. Pero ahora es un programa agresivo, necesario, no agrega costos porque es contingencia fiscal.

Todo va a depender de los detalles que todavía no sabemos, a mayor garantía que dé el Estado, esto va a facilitar que sea más atractivo, que la banca lo use para trasladarlo a las empresas que tienen necesidad de capital de trabajo. Todo va a depender del costo y de la facilidad o complejidad de las normas. Pensaría que en esta oportunidad se debería ser lo más flexible, dar las mayores garantías e incentivas su uso al máximo.

De todas las medidas, esta es potencialmente la más reactivadora para paliar el corto plazo.

“Yo veo una recuperación gradual. Sería un poco ingenuo pensar que sería a partir del último trimestre”.


La situación actual también está impactando en las expectativas empresariales y la confianza de los mercados. ¿Qué pasará con la inversión privada?

Hay una gran confianza en la conducción económica del país. El programa de estímulos es muy importante. Eso da confianza.

Lo que no genera confianza son las medidas de corte populista o que haya incapacidad en la reactivación de la inversión y no se den los proyectos. Después que se contenga la pandemia volveremos a un sector privado donde la inversión crece tímidamente, un Estado que no da los servicios que puede dar.

Esto va a ser importante, porque las calificadoras de riesgo crediticio y los mercados ven el crecimiento del país, el potencial. Obviamente, estamos en un escenario de crisis y eso pone todo en stand by, pero pasado ello, la capacidad de tener programas de inversión fuertes va a ser el peso de la confianza.

Entonces, ¿la confianza empresarial está perdida este año?

Además del plan de estímulo y asumiendo que se controle la pandemia localmente, el gran determinante del crecimiento del país es lo que pasa en el resto del mundo. El mundo entra en una recesión, sobre todo la economía más importante: Estados Unidos, el nuevo epicentro de la pandemia.

Recordemos que somos muy dependientes de lo que pase afuera, de la demanda externa, de los precios de los commodities, de los flujos de capitales, de los flujos de remesas, del turismo. Esto es un factor fundamental para que podamos tener una expectativa optimista postcontrol de la emergencia. Hay mucha incertidumbre, los empresarios están muy nerviosos de cómo llegar a fin de mes con el pago de las planillas, el pago de proveedores... esto pese a los esfuerzos de flexibilizar o de fraccionar muchas obligaciones.

¿La inversión privada no sobrevivirá el 2020?

Lamentablemente, por la magnitud del choque que estamos enfrentando es un año muy difícil, un año de recesión. Yo creo que ante la incertidumbre, eso va a mantener contenida cualquier tipo de recuperación en las expectativas empresariales.

Algunos analistas señalan que la economía podría iniciar su recuperación en el último trimestre. ¿Es factible?

Va a depender de los factores que mencioné anteriormente. Si se logra contener la crisis afuera, si es que se logra las políticas de estímulo funcionen y depende de cuántas empresas logren sobrevivir a este shock. De eso va a depender el punto de partida.

No perdamos de vista que es un shock temporal, pero yo veo una recuperación gradual, no veo ni plantearía expectativas de recuperación… sería un poco ingenuo plantearse a partir del último trimestre una recuperación, ojalá. Pero, asumiendo que se controlen todos los factores, habría una recuperación en el 2021. La cuestión va a ser que la inversión privada se aliente.

Por ejemplo, la inversión minera no tiene proyectos muy halagüeños y es un factor importante de crecimiento del país. Y la caída de los precios de las materias primas, dadas las dificultades de trasladarlas a los centros de consumo, dado que no sabemos si va a acabar la crisis sanitaria, esto afecta proyectos de inversión y ni hablar de los temas sociales, licencias sociales, ambientales y regulatorios. Yo no veo que la inversión privada en el sector minería vaya a recuperarse.

Hay que buscar otros sectores golpeados. Podría haber una recuperación del sector turismo si es que se hace una intervención agresiva. Se viene conversando un programa para esta actividad -que incluye hoteles, restaurantes, aerolíneas-. Pero, si el país va a mantener restricciones en la movilidad de las personas, esto va a pasar factura al sector.

El plan de 12% del PBI es importante, pero ¿deberíamos empezar a mirar la reactivación desde el lado sectorial?

Creo que el Gobierno ya está haciéndolo, pero ahora estamos en una emergencia y se está realizando todo lo que puede para atenderla. Pero yo ya comenzaría a pensar medidas sectoriales para las actividades más afectadas -hay sectores obvios como el turismo- y comenzar a ayudarlos en la recesión, pero también a que se recuperen de este shock tremendo. Un tema más sectorial sería oportuno. Obvio hay otros sectores que están caminando en esta coyuntura, como el sector de alimentos que está funcionando bastante bien.

¿Qué tanto pueda ayudar la inversión pública?

Es solo el 20% de la inversión en el país. Es fundamental que logremos movilizar inversión privada a partir de inversión pública, si solo tenemos inversión pública es insuficiente. Además, en marzo nuevamente registró una contracción por problemas entendibles, pero los problemas de inversión pública van a continuar.

La forma de movilizar la inversión tiene que irse a esquemas no convencionales distintos a los que hemos hecho. Si vamos a seguir contando en la cartera de Proinversión y en las Obras por Impuestos, eso va a seguir estando trabado.

-Empresas y empleo-

¿Qué pasa con los empleados formales?

He visto algunos estimado de consultoras y analistas que el desempleo puede llegar a 25%, es un dato fuerte. Ese es el riesgo que tenemos, por eso tenemos que preservar que las empresas no quiebren es fundamental. Creo que esa es la única forma de evitar esos niveles de desempleo. Usualmente el desempleo es 6%, ahora podría ser cuatro veces, llevándonos a un escenario de convulsión social.

¿Hay riesgo de que empresas se declaren insolventes?

Totalmente, porque no tienes ingresos y tienes que enfrentar gastos por un tiempo prolongado. Sí, el Estado está ayudando para darle oxigeno a las empresas, pero casi la totalidad son micro, pequeñas y medianas y muchas no van a poder resistir. Ese es el reto más grande que tenemos.

El sistema concursal tiende a privilegiar la liquidación en vez de la restructuración. Y esto se da porque para que uno se reestructure, tiene que entrar capital fresco a las empresas y muchas veces los pasivos laborales de las empresas pueden ser tan importante que desalientan el nuevo capital.


- “Proyecto debilita el plan de estímulos del Gobierno” -

Luis Miguel Castilla, exministro de Economía, señaló que en este momento –en medio de la coyuntura actual por el impacto del coronavirus– no hay espacio para medidas populistas.

Es por ello que refirió que la propuesta del Congreso sobre el retiro del 25% de los fondos del SPP es un proyecto “bien intencionado”, pero perjudicial para la economía.

“He tomado nota que hay un texto sustitutorio que pone ciertos topes entre 3 UIT (S/ 12,900) a 4 UIT (S/ 17,200) para el retiro del 25% de los fondos de los afiliados, y la verdad es muy poco el cambio. El proyecto de ley sin topes significaba una salida de S/ 42,000 millones; y ahora estaría entorno a los S/ 30,000 millones”, anotó.

Castilla agregó que los efectos nocivos de la medida arrojan un balance negativo de la misma y su repercusión debilita el impacto económico del plan de estímulo económico del Gobierno. Además, beneficiaría a quienes ya cuentan con recursos y no a los vulnerables.