La cuarentana por el coronavirus (COVID-19) ha llevado al conglomerado productivo y comercial de Gamarra a ver que un 30% de los negocios se mantengan cerrados, no solo en el caso de tiendas, también talleres de confecciones que forman parte el emporio.
Susana Saldaña, presidenta de la Asociación Gamarra Perú, detalla que en este periodo han enfrentado la salida de varias empresas, dado que por un lado no vendían y por otro, tenían que asumir otros costos adicionales, además del personal, las rentas de los espacios que ocupaban.
“Con la primera ola han sido casi seis meses de paralización total de las operaciones, todo cerrado en Gamarra, los negocios formales, y solo los ambulantes en las calles. Muchos propietarios o administradores han tenido que facilitar los pagos durante este periodo, y algunos exonerarlos de los mismos”, indicó.
La expectativa era recuperar en los siguientes meses el ritmo, pero tras la presencia de la segunda ola y el consecuente cierre de las operaciones, se ha visto un nuevo impacto en las ventas, y nuevamente en las rentas que deben asumir.
“Solo tenemos el 30% de aforo, las autoridades no comprenden que con ello se afecta a los talleres que no cierran sus líneas de producción, se ve interrumpida, no se pueden hacer confecciones a medias”, afirmó.
Alquileres en descenso
La situación descrita ha llevado al emporio comercial a empujar a los propietarios o administradores a renegociar los alquileres con sus inquilinos, “ya que lo mejor es quedarse con quienes han sido cumplidos, pero no todos se han podido mantener”.
Susana Saldaña comenta que, con ello, actualmente se observan alquileres de hasta US$ 70 mensuales por espacios de 9 metros cuadrados (3 metros por 3 metros), conocidos como los espacios de 3x3, aunque ello depende de la ubicación.
La representante del conglomerado recuerda que estos módulos podían llegar a costar hasta US$ 500 mensuales antes de la pandemia.
“En general, los precios de los alquileres han descendido hasta en un 50%, a la mitad de las rentas que se tenían en prepandemia, y aunque también hay locaciones cuyos rangos de caída llegan a entre 30% y 40%, depende de la ubicación y el espacio”, anotó.
Así, en unas tiendas observa alquileres con valores de US$ 5,000 y hasta US$ 10,000 por mes en una tienda de 60 metros cuadrados.
Saldaña remarca que, aunque los precios parecen ser altos, antes se pagaba el doble, “este precio se justificaba con las ventas realizadas”, sostiene.
Modalidades de pago
Otro de los temas que ha cambiado en las rentas en Gamarra son las formas de pagos y garantías.
Susana Saldaña refiere que antes de la pandemia se pedía garantías de un año o seis meses de adelanto, pero ahora solo se exige un mes.
En las renegociaciones la idea era quedarse con el inquilino que lleva varios años, pero ante el cierre inminente de algunos talleres y tiendas es inevitable la salida de algunas empresas, señala.
Aforo diferenciado: para talleres y tiendas
Un aspecto que caracteriza a Gamarra es que no se trata de un centro comercial, sino un conglomerado de cientos de talleres de confecciones que abastecen a las tiendas, muchas de ellas en los niveles inferiores de las galerías.
Susana Saldaña sostiene que con el aforo de 30% a las galerías se impide que las operaciones puedan funcionar de manera regular, por ello han pedido que los talleres tengan un aforo de 40% o 50% para que al menos puedan operar, independiente del espacio comercial de Gamarra.
“No solo no podemos vender, sino estamos limitados a producir y encima llegan las importaciones y los ambulantes”, mencionó.
La representante estima que son alrededor de 100,000 las personas que laboran el Gamarra, quienes de manera directa aporta al fisco alrededor de S/ 1,000 millones.
“Sin operaciones no podemos pagar impuesto, pero si dejan operar a los informales en plena cuarentena”, dijo.