La situación de las micro y pequeñas empresas (mypes) es muy cambiante desde que la pandemia del coronavirus llegó al Perú. Por ello, las cajas municipales y otras entidades microfinancieras se han visto obligadas a idear nuevas formas de evaluarlas como sujetos crédito, las que se mantendrían por lo menos a lo largo del 2021, sostiene Wilbert Dongo, gerente central de Negocios de Caja Arequipa.
“Las cajas están regresando a las prácticas originarias de las microfinanzas. En los últimos años se basaban más en las centrales de riesgo y en los historiales crediticios, para decidir si otorgar un crédito y en qué condiciones. Todavía se sigue haciendo eso, pero ahora además tienes que visitar al microempresario, ya no puedes guiarte solo por su comportamiento de pago”, dijo el ejecutivo a gestion.pe.
La principal razón por la que la entidad microfinanciera debe visitar al pequeño empresario es que los historiales crediticios muchas veces ya están desfasados, pues la situación de una mype de hace un año puede ser totalmente distinta a la actual. Incluso podría haber desaparecido. Entonces, una caja municipal debe verificar in situ que el negocio existe y cuál es su nivel de demanda a la fecha.
Además, esta información debe actualizarse permanentemente porque varía de acuerdo con las medidas que toma el Gobierno. Por ejemplo, indica Dongo, un restaurante puede haber gozado de cierto nivel de demanda antes de la ampliación del toque de queda, que no es el mismo en la actualidad. Y sería aun menor con el inicio de la cuarentena el 31 de enero, puesto que los restaurantes solo atenderán por delivery.
El otro cambio importante es que la segmentación es mucho mayor. La entidad ya no busca solo saber si la persona que pide el crédito brinda servicio de taxi, sino también qué tipo de vehículo utiliza, qué rutas sigue, etc. Esta información es valiosa porque la situación económica de cada negocio puede variar de acuerdo con estos aspectos.
“Se tiene a individualizar mucho más al negocio y establecer el riesgo de acuerdo con el perfil del cliente. El riesgo no es el mismo para dos bodegas, si una de ellas tiene la mitad del inventario que la otra. También varía de acuerdo con la edad y experiencia del propietario, o si tiene casa propia”, explicó Dongo.
Para recoger toda esta información, se necesita visitar tanto el punto de venta como el domicilio del negociante, asegura. Basándose en estos criterios, la microfinanciera establecerá una tasa de interés y el monto que puede llegar a prestarle.
“Eso implica más trabajo de las microfinancieras, pero va a ser necesario que adopten esta forma de evaluación porque de lo contrario tendrán problemas con el comportamiento crediticio de sus clientes. Algunas hemos empezado a emplear estos criterios desde julio del año pasado, pero se van a quedar por un buen tiempo, por lo menos todo el 2021”, añadió el gerente comercial.
Por otra parte, sostuvo que los plazos para el pago de los créditos están siendo cada vez menores. Antes podían ser de 36 meses, pero ahora lo son 12 o máximo hasta 18, con el fin de que las mypes no paguen altas tasas de interés.