El índice de metales básicos, los que se usan en los sectores industriales (acero, cobre, níquel, cobalto, aluminio, etc.), cerró en marzo con un alza de 49% frente al 2018. (Foto: EFE).
El índice de metales básicos, los que se usan en los sectores industriales (acero, cobre, níquel, cobalto, aluminio, etc.), cerró en marzo con un alza de 49% frente al 2018. (Foto: EFE).

Los precios de las continúan su escalada tras el desplome que registraron con la interrupción de la actividad económica durante la pandemia, y han repuntado 12.3% en el primer trimestre del año, con lo que ya están por encima del nivel que tenían en el 2018.

El principal motivo del alza es la recuperación de las economías de la crisis del coronavirus, aunque también influyen elementos especulativos y las perspectivas sobre un dólar más barato.

El índice general que elabora el Fondo Monetario Internacional (FMI) a partir del precio de 68 materias primas recuperó el nivel que tenía antes de la pandemia el pasado mes de diciembre. En el primer trimestre del 2021 ha subido 12.3% frente a los tres meses precedentes y ha alcanzado una cota que supera un 8.8% a la media del 2018.

El índice de metales básicos, los que se usan en los sectores industriales (acero, cobre, níquel, cobalto, aluminio, etc.), cerró en marzo con un alza de 49% frente al 2018; mientras que el de alimentación se ha revalorizado 15.7%.

El de energía, que está confeccionado con los precios del petróleo, carbón, gas natural y propano, se recupera más despacio y aún presenta una caída de 10% frente al 2018, aunque frente al 2019 es un 4.1% superior.

La directora general de CMC Markets, Sara Carbonell, explica que la subida responde al aumento de la demanda por las expectativas de recuperación de la economía, aunque también existe un componente especulativo.

“Liquidez (en los mercados financieros) hay toda ahora mismo. Es brutal”, señala, antes de recordar que la Reserva Federal ha dejado claro que continuará con los estímulos y no tiene previsto bajar los tipos de interés a corto plazo.

La lluvia de estímulos monetarios puesta en marcha por los bancos centrales para contrarrestar el efecto de la pandemia ha reducido la rentabilidad de activos de deuda pública y privada y el dinero se mueve hacia las materias primas.

Además, las expectativas sobre un dólar más débil (en lo que va de abril la divisa estadounidense ha caído 2% frente al euro) genera un efecto alcista en las materias primas, ya que resultan más baratas.

Evolución por sectores

A pesar de que todos los componentes del índice del FMI suben de forma generalizada, los expertos no creen que sea el comienzo de un ciclo largo de precios altos como el de la década 1998-2008.

Según señala BBVA Research en un informe del pasado mes de marzo, los precios ni siquiera muestran una tendencia alcista si se analizan a muy largo plazo y descontando la inflación. “El nivel real del índice agregado de precios de materias primas que elabora el FMI se encontraba en el 2020 en el mismo nivel que en 1998”, indica el documento.

Sara Carbonell, considera que, en todo caso, el ciclo de aumento de precios habría comenzado antes de la crisis del COVID-19 y descarta que pueda llegar a niveles que se vieron, por ejemplo, en el petróleo, que en el 2008 superó los US$ 140 por barril (actualmente el Brent cotiza en torno a US$ 67).

En el caso de las materias primas de alimentación (trigo, soja, maíz, etc.), recuerda que “subían en plena crisis de la pandemia porque había demanda de alimentos” en medio del hundimiento de bienes industriales. Además añade que los precios de productos agrícolas obedecen también a factores ajenos a la marcha de la economía, como la climatología y su impacto en las cosechas.

Según los datos del FMI, el trigo tuvo un precio medio de 186 dólares por tonelada en el 2020, un 13.6% respecto al año anterior prácticamente el mismo que marcó en el 2018 (US$ 186.1).

La soja se ha disparado a US$ 510.7 por tonelada en el primer trimestre de este año, lo que supone un 46% más cara que en el 2020, pero es que en el año de la pandemia también se revalorizó frente al 2019 (7%) y 2018 (2.1%).

En el caso de los metales preciosos, considerados valores refugio, el índice del FMI de este tipo de activos tocó máximos en el 2020 (en agosto el oro alcanzó los US$ 2,000 por onza) y desde entonces empezó a caer, aunque todavía está en un nivel similar al que tenía en el periodo 2011-2013.