(Foto: AP)
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Muy al contrario de lo que podía esperarse, la riqueza acumulada en el mundo aumentó un considerable 7.4% en el 2020 y la de los individuos adultos rompió un nuevo récord al crecer 6% y alcanzar una media de US$ 79,952, desafiando la crisis de la pandemia y sus efectos sobre la economía real, según el informe anual sobre riqueza global del banco Credit Suisse.

La principal explicación es que, a diferencia de lo ocurrido durante la crisis financiera del 2008, gobiernos y bancos centrales tomaron medidas rápidas y decididas para atenuar esta crisis.

“La rapidez y la naturaleza sin precedentes de las políticas que se tomaron revirtieron el declive de los mercados, que observaron el futuro de forma positiva”, sostuvo la responsable de inversiones en el área de gestión internacional de fortunas del Credit Suisse, Nannette Hechler, en la presentación del informe.

Si bien al principio de la pandemia, en el primer trimestre del 2020, el impacto sobre los mercados fue severo y la riqueza de los hogares disminuyó en US$ 17,5 billones (-4.4%), la recuperación fue bastante rápida y esa pérdida ya se había disipado a mediados del año, que cerró con US$ 28,7 billones adicionales de riqueza con respecto a finales del 2019.

El resultado fue que el crecimiento interanual de la riqueza fue de 7.4% hasta totalizar los US$ 418 billones, aunque la depreciación generalizada del dólar estadounidense contribuyó en un 3.3% a este aumento.

“La creación de riqueza en el 2020 parece haber estado completamente desconectada del desastre económico causado por el ”, reconoció el economista Anthony Shorrocks, autor principal del estudio, que se encuentra en su 12 edición y se ha convertido en información de referencia sobre la temática de la riqueza, su acumulación y repartición.

Entre las razones del aumento de la riqueza está el continuo crecimiento de los mercados bursátiles, que alcanzaron niveles récord a finales del 2020, así como la apreciación del sector inmobiliario, estimulado por los bajos tipos de interés y los ahorros imprevistos que una parte de la población hizo durante los confinamientos.

Las regiones donde el incremento de la riqueza fue más notable fueron Norteamérica y , con 12.4% y 9.2%, respectivamente, mientras que el tercer gran ganador fue China, que representó en solitario un 4.2% del aumento de la riqueza global.

Los mayores perdedores fueron India (-4.4%) y (-11.4%). En ambos lugares la caída se amplificó por la depreciación de los tipos de cambio.

Hechler comentó que una de las razones por las que algunos países han aumento su riqueza y otros la han perdido es la diferencia en la composición de sus mercados de valores.

El informe también ha confirmado el aumento del número de personas que se encuentran en los niveles más altos de la pirámide de distribución de la riqueza.

Con entre cero y US$ 10,000 se encuentra el 55% de la población adulta mundial (2,879 millones de personas adultas), que acumula US$ 5,5 billones, frente al 1.1% de adultos (56 millones de personas) con más de US$ 1 millón y que en conjunto tienen una riqueza de US$ 191,6 billones.

En el medio están los que tienen entre US$ 10,000 y US$ 100,000, que son el 32.8% de la población adulta y que acumulan US$ 57,3 billones. Este es el segmento que más ha crecido en los últimos veinte años y ha pasado de estar compuesto por 507 millones de adultos a 1,700 millones a mediados del 2020, según el informe.

En la categoría entre US$ 100,000 y US$ 1 millón está el 11.1% de los adultos, que juntos tienen US$ 163.9 billones.

Lo más sorprendente es que cuando se estima que la causó la pérdida del equivalente a más de 140 millones de empleos en el 2020, según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a ese mismo club de los ultra mega ricos se unieron un 24% de miembros adicionales, el aumento más fuerte desde el 2003, de acuerdo al Credit Suisse.

Según los cálculos de los economistas de esta entidad, la riqueza aumentará un 39 % en los próximos cinco años y alcanzará los US$ 583 billones en el 2025. Ello a pesar de que no se espera una recuperación del empleo en todas las regiones hasta el 2023 (tomando el 2019 como referencia).