Después que el Gobierno extendiera el aislamiento social obligatorio hasta el 12 de abril como una medida para aplanar la curva de contagios del coronavirus, los analistas ajustaron a la baja su proyección de crecimiento de la economía nacional. De hecho, se estima que en el 2020 el PBI se contraiga por primera vez después de 21 años.
En este sentido, Thorne & Associates redujo su estimado de crecimiento del PBI para este año, de 1.6% a -1.5% debido a la extensión de la cuarentena, y en línea con las revisiones de las proyecciones globales. Sin embargo, aunque reconoció que el impacto económico será “muy severo los meses venideros”, todavía se prevé un rebote en el cuarto trimestre.
-El primer trimestre-
A pesar de que los indicadores de alta frecuencia de China evidenciaron una fuerte contracción en enero y febrero, la consultora no anticipó un ajuste muy fuerte en el primer trimestre de este año.
“Si bien en enero las exportaciones tradicionales disminuyeron 9.1% en términos reales, la producción minero-metálica creció 2.8%. La diferencia en ambos indicadores recae en la acumulación de inventarios. Así, al sufrir un shock de demanda, los principales productores de minerales tuvieron que “guardar” su producción para venderla posteriormente”, explicó.
Siendo así, ante la persistencia del shock de demanda china, consideró que el mismo mecanismo operó en el mes de febrero, con un crecimiento de 2.7% según cálculos preliminares y con la información disponible.
Ahora bien, el impacto económico sí será muy severo a partir de marzo, mencionó, debido al cambio en la naturaleza del shock: de uno de demanda a uno de oferta (interrupción de la cadena productiva a nivel local). Un primer indicio de ello es la inversión pública. Para Thorne & Associates, los datos extrapolados y deflactados sugieren una caída de solo 1% (real) en el tercer mes del año, tras expansiones de 3 y 2 dígitos en enero y febrero, respectivamente.
La consultora estima que la economía se contrajo 1.7% en marzo, frente a similar mes del año anterior (a/a); y retrocedió 3.3% respecto a febrero del 2020 (m/m), con cifras desestacionalizadas.
“No vaticinamos una caída de 2 dígitos en la cifra a/a por el hecho de que al anualizar la contracción de m/m llegamos a una disminución de 39.6%, que de por sí ya es consistente con un ajuste severo de la economía (que ya se ve reflejado en el desplome de la demanda de electricidad reportado)”, se explicó.
Asimismo, se proyectó -basado en la Consulta Amigable del MEF- la política contracíclica del Ejecutivo habría implicado un crecimiento del gasto público de 10% en el mes, que mitigaría el impacto del confinamiento. Con todo lo mencionado, se anticipó un crecimiento del PBI de 1.3% en el cálculo anual en el primer trimestre.
-Hacia adelante-
El shock será muy notorio en el segundo trimestre, donde se estimó una contracción de 5.3%, respecto a similar periodo del 2020; y trimestral anualizada de -21.1%.
“Los sectores más afectados serán los orientados a las exportaciones (minería, manufactura) y al consumo interno (comercio, servicios). La magnitud de este ajuste estará estrechamente ligada a cualquier posible extensión del aislamiento social obligatorio y sus efectos adversos sobre el mercado laboral y la creación de valor en la economía”, remarcó. Por ello, el sector público deberá continuar con sus intervenciones económicas durante estos meses.
A pesar de lo antes mencionado, se prevé una recuperación en forma de “U” a partir de julio (tercer trimestre), sustentada en dos supuestos: la normalización de la producción en China (y, con ello, del 70% de la demanda de nuestro cobre) y el fin del confinamiento.
“En síntesis, hemos revisado a la baja nuestra proyección de crecimiento para este año, de 1.6% a -1.5% y al alza nuestro estimado de déficit fiscal, de 2.5% del PBI a 10% del PBI”, subrayó.
-El 2021-
En contraste, la consultora revisó al alza nuestra previsión de expansión económica para 2021, de 3.9% a 7.1%, por un efecto base positivo.