Juan José Marthans, director del Área de Economía del PAD Escuela de Dirección Universidad de Piura comentó a Gestión que la banca tradicional debería re explorar la posibilidad de atender al sector mype y al informal, lo que podría lograr mediante alianzas con microfinancieras, recomienda el economista
La pandemia del COVID ha golpeado a toda la economía, pero al sector financiero y bancario les ha ido mejor. ¿Cuál es su situación?
Es lógico que con la pandemia todos los sistemas financieros y bancarios en el mundo hayan mellado su desempeño. Sin embargo, los niveles de resiliencia siguen mostrándose a un nivel aceptable. El contexto de covid-19 y la recesión de 12.3% que hemos tenido el 2020, ciertamente ha afectado la calidad de activos y los niveles de capitalización de la banca peruana, pero en ningún caso se ha llegado a una situación extrema.
¿Hay indicadores que muestran eso?
La morosidad está en 3.8%, y los niveles de capitalización global están en 15% en promedio, frente a un nivel legal exigido del 10%. Es decir, hay holgura aún para administrar y manejarse con propiedad. Sin embargo, si estos indicadores se comparan con los de hace algunos años se ven algunos problemas.
¿Cuáles?
Por ejemplo, la rentabilidad patrimonial promedio de la banca el 2019 fue de 18% y el año pasado terminó en una cifra que asoma el 4%; es decir, la solidad del sistema financiero y bancario del país se mantiene, pero la rentabilidad de la banca peruana se ha licuado en casi cinco veces.
¿Qué se puede hacer?
Esto debería llevar a medidas consensuadas con el Gobierno, la SBS y el BCR para seguir motivando una rápida reversión de esta situación, que no es desesperante porque nuestro sistema bancario aún tiene un índice de capitalización por encima del promedio Latinoamericano. El reconocimiento de la banca peruana de ser bien capitalizada, líquida, solvente y con buen manejo de portafolio crediticio, se mantiene.
¿Cómo pudo enfrentar la banca el impacto de la crisis el 2020?
Yo diría que la predisposición de las empresas financieras y bancarias de generar provisiones voluntarias frente al vendaval de posible deterioro de créditos que se venía en el contexto del Covid y la aplicación del Programa Reactiva (I y II), cuyo objetivo fue evitar el rompimiento de la cadena de pagos, facilitar el pago de proveedores y de planillas, jugaron un rol importante para poder enfrentar el reto del 2020.
Reactiva, sin embargo, ha sido motivo de críticas…
El que haya sido exitoso no quita que Reactiva haya tenido problemas. Desde el inicio de este programa se demandó mayor transparencia en lo que respeta a la operatividad de este; el MEF publicó la información y nos enteramos de que había ciertas deficiencias como créditos entregados a empresas ligadas a la corrupción, créditos cruzados entre grupos económicos ligados a ciertas entidades financieras, créditos otorgados con el propósito de cancelar otros vigentes, temas que no se debieron suscitar. Sin embargo, el resultado del programa ha sido positivo.
Se habló también de una preferencia por las grandes empresas…
No necesariamente el programa se sesgó a las grandes empresas, cumplió su cometido de llegar (con alrededor de la mitad) al sector Mype. Pero el tema es que, si bien el crédito en el Perú creció en el 2020 por encima del promedio de América Latina, como dice el BCR, eso ha estado amparado con la muleta de Reactiva I y II.
Y esa muleta se van a quitar este año, ¿qué viene entonces?
Efectivamente esa muleta está programada para se empiecen a quitar este año. Reactiva tiene un período de gracia que ya va a culminar. La cuestión es si con el nuevo confinamiento, que es menor al del 2020, amerita evaluar la posibilidad de flexibilizar el período de gracia de estos créditos, por lo menos en seis meses más. Yo digo que sí.
Además, diría que amerita que se cree un reactiva III redimensionado, menos ambicioso en monto, pero mejor direccionado para buscar evitar que el deterioro de créditos del sistema bancario afecte a la mediana pequeña y microempresa y al sector retail.
¿Aún hay tiempo para incluir el retail en un nuevo Reactiva?
Sin duda, porque el retail es el más afectado por la pandemia y tenemos que evitar que aquellos bancos que tienen un sesgo retail (sus créditos están orientados a consumo, tarjetas de crédito, al sector micro financiero) deterioren más su cartera. Eso es fundamental porque si bien el índice promedio de adecuación de capital es holgado, 15%, tienden a ser menos holgados para aquellos bancos que han sufrido en sus carteras de crédito y que son los ligados al retail y los que apoyan al sector Mype.
¿Y quienes deben tomar esa decisión?
A fin de evitar sobresaltos no estaría demás reaccionar rápidamente desde ahora. Esto por el lado del BCR. Por el lado de la SBS yo recomendaría que rápidamente se evalúe la posibilidad de ampliar temporalmente, digamos por doce meses, la flexibilidad de la política de provisión obligatoria por malas deudas, como ya se hizo al inicio de la cuarentena el 2020. Con ello se lograría mejores condiciones para que el crédito no se entrampe y no tienda a encarecerse tanto.
¿Qué les recomendaría a los mismos bancos, qué medidas deberían tomar para evitar que sus carteras se deterioren?
Los bancos de acuerdo con su escala de operación demandan de ciertas acciones que no son homogéneas. Pero a muy grandes rasgos, diría que debemos tener una banca muy consolidada en términos de liquidez, entidades bien capitalizadas y se debe buscar internacionalizar el accionar de nuestra banca, debe buscar desarrollarse más allá de las fronteras del Perú.
¿Y más podrían hacer los bancos?
Recomendaría que se re explore la posibilidad de financiar sectores que tradicionalmente, por efecto de tecnología y de costos, no han sido apropiadamente atendidos en términos de créditos por la banca tradicional. Hoy el mundo digitalizado da oportunidad de entrar en el sector informal y en el segmento mype del país.
Creo que hay gran oportunidad en la relación rentabilidad/riesgo que hay en esos segmentos para ampliar mercados. Se deben configurar alianzas entre la banca y las microfinancieras, para que la banca pueda insertarse con mayor seguridad conociendo algo de tecnología microfinanciera en el desarrollo de este segmento.
Hay que considerar que Perú es visto internacionalmente como el mejor escenario para el desarrollo de las microfinanzas. A eso hay que sacarle lustro, hay que venderlo como producto bandera del Perú.
¿Y en cuanto a la calidad del servicio y costos sobre los que hay muchas quejas, qué les recomendaría a los bancos?
Precisamente, una cuarta medida está asociada a la necesidad de desarrollarse hacia un mudo mucho más competitivo, a partir del fomento de alternativas de mayor transparencia en el mercado. La transparencia no ha sido el factor que destaque a nuestro sistema bancario. Te dicen que te cobran 10% de interés y te cobran 15% con otros cargos; que no te cobran comisiones, pero te cobran penalidades.
Entonces, la nueva generación de banqueros del país tiene que modificar radicalmente este uso y costumbre y se tiene que ser absolutamente transparente para poder consolidarse en el mercado. Además, se necesita una política de fidelización para el público.
A veces la concentración bancaria no sólo es un escollo para reducir el costo del crédito sino también para mejorar la calidad del servicio y la atención del usuario.
Costo del crédito
El congreso aprobó una ley que pone topes a las tasas de interés, que ha sido observado por el Ejecutivo. ¿Qué opina?
Esa medida es inconsistente con el desarrollo natural de una economía de mercado como la nuestra; además, nunca ha dado resultados en el país, está mal orientada y no va a tener éxito. La pregunta es si en condiciones de mercado podemos desarrollar un portafolio de políticas que puedan inducir al mercado bancario a reducir el costo del crédito. Yo creo que sí.
¿Cómo?
Se puede aplicar un programa integral que, en condiciones de mercado, baje el costo de crédito. Este plan tendría cinco acciones básicas. La primera es buscar una propuesta agresiva de apertura del mercado en el marco de las economías y sistemas bancarios de la Alianza del Pacífico. Armonizando políticas y regulación bancaria, tanto por el lado de los BCR como de las SBS de estas cuatro economías se daría un gran paso para motivar que los principales bancos de estos países se movilicen hacia otras economías miembros de la Alianza.
¿Puede poner un ejemplo?
Por ejemplo, si se logra una adecuada armonización de regulación y política bancaria es posible que veamos al Banco de Chile, el de Colombia en el Perú, lo cual generaría gran competencia e induciría, en condiciones de mercado, a reducir la tasa de interés.
¿Qué otra medida reduciría las tasas de interés?
Hay que fomentar transparencia. En el 2003 y 2004 establecimos una política bastante agresiva en la SBS para publicar sobre distintos productos crediticios y alternativas de retornos de depósitos, ofrecidos por cada una de las entidades bancarias del país, lo cual generó una sana y activa competencia y al cabo de unos meses el costo de la tarjeta de crédito se redujo en más de la tercera parte. Por qué el BCR y la SBS no hacen hoy eso cuando se tienen redes sociales y medios electrónicos que son mucho más masivos y baratos que antes.
¿Y cabría alguna medida en el campo regulatorio?
Sí. Por ejemplo, se debe dar la obligatoriedad de informar sobre el costo efectivo del crédito por todo concepto para todos aquellos productos financieros y, adicionalmente, sobre las cuotas mensuales de pago del crédito. Con ello, el usuario puede escoger que entidad le conviene. También se pueden utilizar al Banco de la Nación para bajar el costo de crédito.
¿Cómo así?
El sector público posee hoy aproximadamente el 10% de los depósitos de la banca. Por qué no se subastan esos depósitos, no sólo para resguardar el patrimonio del sector público, sino que también para, con una fracción de esos depósitos utilizarlos para inducir, vía subasta, a una reducción del costo del crédito, poniendo como condición que el que gane la subasta deba trasladar una parte a créditos para el sector Mype.
¿Qué más se podría hacer para reducir el costo del crédito?
Otra alternativa para rebajar las tasas de intereses puede estar asociada a la naturaleza de Reactiva Perú. Por qué no crear un Reactiva con recursos fondeados por el Banco de la Nación y Cofide, de manera que no comprometa un mayor endeudamiento del sector público. Por el contrario, que sirva para que la banca mate créditos de difícil repago y que se comprometa a canalizar, bajo ciertas condiciones de costos, ese nuevo fondeo al sector Mype, pero ya como préstamos a riesgo propio de la entidad financiera, sin garantía del Estado.
PBI
¿Con las medidas relacionadas al nuevo confinamiento focalizado, cómo le irá al PBI este año?
El confinamiento actual no tiene la extensión ni rigidez del que tuvimos el año pasado, por lo que el impacto en la economía va a ser sustancialmente menor al que tuvimos en el 2020. Si asumimos como referencia que el crecimiento proyectado del PBI para este año por el BCR, de 11% sin confinamiento y que la cuarentena es sólo entre 15 y 45 días, lo cual es probable, la posibilidad de que la economía crezca este año 9% es vigente.
Es decir, la tasa de crecimiento esperada bajaría 1.5 a 2 puntos porcentuales, no más, lo que muestra la resiliencia de nuestra economía.
¿Usted descarta recesión en el primer trimestre?
La única posibilidad de que el confinamiento genere recesión en el primer trimestre de este año es si este dura más de 15 días y, en ningún caso más de -2% si se prolonga a 30 días. Si no supera los 15 días el PBI crecerá en el verano
Además, cifras proyectadas que manejamos muestran que el crecimiento estadístico del segundo trimestre va a ser el mas alto y bajo un escenario de confinamiento de entre 15 y 45 días, no debería ser menor al 30%.
Entonces, considerando que el confinamiento es parcial, que no dura más de 45 días, que el frente político no va a generar más ruido en el proceso electoral que tenemos, que la vacuna ya empieza aplicarse masivamente a partir del segundo semestre, creo que este año crecemos alrededor del 9%, sin mayor dificultad.