Por Juan José Marthans León

¿Sabe el empresario peruano que si no se ejecuta una reforma integral del Estado difícilmente dispondrá de la infraestructura física y humana que requiere para ganar productividad de manera sostenible?

Pretender reformas en el mercado laboral, educacional, previsional e institucional sin mejorar, previamente, el sobredimensionamiento, deficiente estructura organizacional, ausencia de procesos transparentes, carencia de rendimiento de cuentas y el inadecuado marco jurídico vigente, es engañarse y esperar en vano. Hoy en día disponemos de un Estado enfermo.

¿Sabe el empresariado que la desorganización del Estado también pasa por el crecimiento desordenado y sin sustento técnico de los gobiernos municipales a nivel distrital? Solo durante el 2009 se crearon 228 nuevos municipios a nivel distrital. Además de un insano aprovechamiento de nuestro frente político, lo que denota esto es un inexistente mecanismo de rendimiento de cuentas, de priorización de proyectos, de sentido común. Lo que refleja esto es que la ineficiencia del Estado no solo está presente, sino que crece desmedidamente.

¿Sabe el empresariado peruano que los recursos de Fondo de Estabilización Fiscal (FEF) se han licuado en alrededor de US$ 3,000 millones y que su destino no ha sido adecuadamente reportado a la opinión pública? La Ley exige información, no se cumple la ley. Este FEF llegó a disponer de más de US$ 9,000 millones. Como si eso fuera poco, los recursos aún no utilizados de dicho fondo y depositados en el exterior solo han dispuesto de un retorno promedio anual de 0.2% los últimos años.

¿Sabe el empresario que en los últimos diez años el Estado ha dejado de ejecutar, en promedio, un 25% del presupuesto de inversiones públicas y que, por lo tanto, sus limitaciones no son, en estricto, de disponibilidad de recursos? La carencia en la capacidad de gestión y la mezquindad política están detrás de la imposibilidad de superar esta limitación. ¿Quién en el MEF, durante las últimas décadas, intentó seria y estructuralmente solucionar este tema?

¿Sabe el empresario peruano que, desde hace seis años, somos partícipes de la Alianza del Pacífico y que el 92% de las partidas arancelarias, ligadas a sus cuatro miembros, disponen de una tasa arancelaria de 0%, abriendo nuevas oportunidades de negocios en un mercado que es casi diez veces el peruano? No debemos escatimar ningún esfuerzo en difundir las ventajas que ofrecerá esta Alianza a los diferentes ámbitos de nuestro frente productivo. En su momento, frente a posibles choques del frente internacional, este mercado podría permitirnos paliar impactos adversos.

¿Sabe el empresario que hoy, más que nunca, es importante conocer con más detalle la dinámica de los términos de intercambio y del precio de metales para interpretar mejor el comportamiento de los ciclos económicos sobre los que se desenvuelve su negocio? La evolución del precio de los metales es la que marca el comportamiento, la naturaleza, duración, profundidad del tramo expansivo o contractivo de nuestros ciclos económicos. Es importante considerarlo siempre como un indicador líder para evaluar la capacidad y ritmo de crecimiento de nuestra economía.

¿Sabe el empresario que una de las economías con los más bajos estándares de endeudamiento y con más alta disponibilidad de reservas internacionales a nivel mundial están dados en nuestro país? Más aún, nuestra deuda pública como porcentaje del PBI, hoy en día en alrededor del 25%, puede legalmente llegar al 34% –en caso extremo– para compensar, por ejemplo, impactos no deseados del frente internacional. Sin dejar de lado la prudencia, sin dejar un manejo responsable y una trayectoria orientada a lograr la reducción del déficit fiscal, disponemos de condiciones favorables que no son experimentadas por la mayoría de las economías emergentes.

¿Sabe el empresario que una de las mejores percepciones de riesgo país en la región latinoamericana es la que presenta Perú? Por ello, es poco probable que modificaciones futuras de la tasa de referencia norteamericana repercutan significativa y negativamente sobre nuestro mercado cambiario y sobre nuestro costo de financiamiento en dólares y soles. Nadie niega impactos, lo que debe estar claro es que los mismos deben ser mucho menores a los que, en promedio, pueda enfrentar la región.

¿Sabe el empresario que hoy se requiere disponer de gremios más comprometidos con la eficiencia, transparencia, valor compartido, visión estratégica y, sobre todo, dispuestos a emprender un renovado esquema de articulación con el Estado? Si no se le demanda al Estado buena métrica, reorganización integral, planes estratégicos, compromiso y políticas de Estado, lo que nos espera son 200 años más de pérdida de oportunidades.

Debemos saber y entender, finalmente, que la mejor manera de construir mercados sostenibles es participando en la ejecución de políticas y mecanismos que no se detengan en la búsqueda de la progresiva eliminación de la pobreza de nuestra sociedad. El mejor mercado para cualquier empresario es el mercado sin pobres. Solo así dejaremos de tener sobresaltos cada cinco años, solo así construiremos bienestar.