Redacción Gestión

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José Luis López, coordinador del Grupo Diálogo Minería y Desarrollo Sostenible, explicó que el proceso de diálogo para viabilizar (Moquegua), concesionado a la minera Anglo American, no sólo debe tomarse como modelo de la nueva minería, sino que debe quedar plasmado en una norma para que se replique en los demás proyectos.

Recordó que a la fecha, las mineras sólo cumplen con los talleres o audiencias como prerrequisito a la aprobación del (EIA), y advirtió dicho proceso no es suficiente, porque son meramente informativos y por el número de participantes no se logra un debate.

En cambio, el proyecto Quellaveco se debatió durante 15 meses con aproximadamente igual número de mesas de diálogo, en la que participó la población, técnicos, ingenieros, economistas, autoridades y representantes de diferentes ministerios.

"Arreglos de este tipo deben normarse. Los cambios en la aprobación del EIA deben señalar que a la vez de talleres de información que son de obligación para las empresas, deben producirse estas mesas de diálogo con la participación de la región, los alcaldes, las organizaciones sociales y los sectores del Ejecutivo que le corresponda", recomendó .

Calculó que el proceso de audiencias sería más corto que realizar mesas de diálogo, pero a la larga tendrían igual inversión de tiempo, puesto que la ausencia de debate generaría conflictos posteriores.

Cambios a QuellavecoLópez precisó que se logró revertir la intención inicial de desviar el cauce del río Asana destinado para acumular el desmonte. "Al principio la empresa decía que no, pero después presentó su propuesta llamada 'metodología de codisposición' que devuelve el desmonte que saca del tajo al tajo mismo en un 70% o 75%", afirmó.

Asimismo, construirá la represa Vizcachas para dotar de mayor recurso hídrico a la población. A este se le suma que no utilizará agua del proyecto de irrigación Pasto Grande, que inicialmente tenía en la mira.

Otra condición de la mesas de diálogo fue realizar un estudio hidrogeológico encargado a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para proyectos (Unops) y financiado por el Gobierno con 181 millones de dólares.

"Para escavar el tajo, la empresa dice 'voy a afectar manantiales y aguas subterráneas por 60 litros por segundo'. La gente dice: 'no te creo, yo hago mis propios estudios'. Entonces, se va a contratar a la Unops para que ratifique o modifique si son los 60 litros por segundo que se va a afectar cuando se saque el mineral", manifestó.

CongaLópez argumentó que el proyecto Conga pudo ser el modelo a seguir antes de Quellaveco, pues tenía todas las características para encontrar un consenso.

"Sí había las condiciones en Conga, porque ellos lo tenían más clara respecto a que primero era el agua. ya tenía esa claridad de eso, mientras Anglo American estaba quitándole agua al proyecto hídrico Pasto Grande, en tanto Yanacocha estaba hablando de construir represas para dar más agua", sentenció.

Para López, el Gobierno central "cometió una secuencia de errores" que interfirió el diálogo con Gobierno Regional de Cajamarca.

"En Conga había una mesa de diálogo igual (a la de Quellaveco). Antes de empezar el conflicto de Conga se formó una mesa de diálogo entre la empresa, el gobierno regional, el gobierno local y el ministerio de Energía y Minas, y del Ambiente. La presidió Gregorio Santos y quería encontrar una solución el tema sin buscar una posición extrema, pero el Gobierno cometió una secuencia de errores. Santos le pudo haber dicho a Yanacocha que necesita diez veces más agua o que el desmonte vuelva al tajo. Había modalidades, pero si no hay diálogo, ni técnico ni social, todo es un tema de si va o no va", opinó.