Jaime de Althaus

A estas alturas el modelo económico necesita una reparación profunda, una recuperación de los circuitos económicos que han sido obstruidos. Necesitamos libertad económica.

El Perú ha entrado a una era de grandes reformas, indispensables para desbloquear los grandes problemas estructurales que se han ido acumulando en la economía, en la institucionalidad en los últimos años, y deberían elevar el crecimiento potencial del país.

En los últimos 10 o 15 años se ha ido restableciendo un intervencionismo de baja intensidad. Se han ido agregando regulaciones crecientes en varios sectores de la economía, la famosa tramitomanía, más llamada tramitología. La inflación burocrática, se ha ido reconstruyendo un Estado pesado y obstaculizador.

El restablecimiento de la estabilidad laboral absoluta, que es incompatible con la libertad económica que necesita flexibilidad laboral. El Gobierno busca arreglar esta situación a través de la Comisión de Protección Social. Hay que esperar hasta el 2018 en que hay miembros del cambio del TC.

Los gobiernos regionales se han convertido en botines regionales al alcance de pequeñas mafias locales y regionales que se organizan para asaltarlos, y lo que tenemos es un avance de la corrupción y falta de capacidad del control central acerca del proceso nacional.

Un consejo que pretenciosamente haría es que los empresarios apuesten por invertir porque debería venirse una era de mayor crecimiento y también participen para que se consolide esa era de reformas. Deben ingresar en más obras por impuestos que ahora tienen más beneficios.