Muchas veces, la participación de las mujeres en los puestos más altos de una empresa se ve limitada por los roles asignados en su familia. No obstante, este factor no fue un obstáculo para que algunas ejecutivas peruanas puedan alcanzar la cima. Para Isabel Arias, presidenta de Directorio de Minera San Ignacio de Morococha, el cuidado de los hijos y las tareas del hogar deben ser compartidos entre los miembros de la familia.

A lo largo de mi profesión, he visto una transformación en lo que se considera la finalidad de una empresa. Cuando yo hice mi MBA, se hablaba de que el objetivo de una organización eran las utilidades y la estabilidad de los accionistas. Después de varias décadas, regresé al instituto donde estudié en Francia y vi un cambio que me fascinó. Este es contribuir con el bienestar del ser humano, y yo me identifico con esta finalidad. Entonces, si los hijos y el esposo comprenden este concepto, podrán entender nuestra labor.

Hacemos nuestra labor para sentirnos bien, tanto en el ámbito laboral como en lo familiar. En el Perú, tenemos la costumbre de contar con personas que nos ayudan en la casa: los padres y hermanos que ayudan a cubrir parte de las labores no remuneradas que tenemos las mujeres.

Yo nunca me he sentido superior o inferior por ser mujer en mi trabajo. En mi caso, ha sido muy gratificante el camino. Por eso, creo que debemos de persistir en el tema de la participación de la mujer en los directorios o puestos más altos.