Redacción Gestión

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Bruselas (Reuters).- La inflación de la se mantuvo sin cambios en septiembre respecto al mes anterior, después de que la oficina de estadísticas de la Unión Europea revisó a la baja su primera estimación.

La lectura podría haber sido menor si no fuera por un aumento de dos dígitos en los precios de la ropa antes del invierno europeo.

Los precios al consumidor en los 17 países que comparten el euro subieron un 2,6 por ciento en septiembre sobre una base anual, el mismo nivel que el de agosto, dijo el martes Eurostat. Las previsiones de un sondeo de Reuters eran de un aumento de los precios del 2,7 por ciento.

La estimación preliminar de Eurostat, publicada hace dos semanas, era de un incremento en los precios del 2,7 por ciento en septiembre.

Posiblemente más importante fue el superávit comercial de agosto 6.600 millones de euros de la (8.540 millones de dólares), que Eurostat también publicó, ya que los endeudados países del Mediterráneo europeo comenzaron a mostrar signos de competitividad, aumentando el ritmo de sus exportaciones.

Pese a que la zona euro sufre su segunda recesión en dos años, el costo de vida se ha mantenido alto debido a los precios mundiales del petróleo, lo que ha complicado al Banco Central Europeo, que recortó las tasas de interés a un mínimo récord del 0,75 por ciento.

Más recortes en el costo de los préstamos parecen difíciles de justificar, en momentos en que la inflación ha estado por encima de la meta del BCE, de algo menos del 2 por ciento, durante casi dos años.

Pero si bien la energía volvió a ser un factor en septiembre, la ropa fue el factor más sorprendente. Los precios del vestuario se elevaron un 14 por ciento desde agosto y representaron casi toda la presión inflacionaria en el mes, ya que los europeos suelen adquirir ropa antes del invierno.

Países como Grecia, donde estalló la hace tres años, son altamente dependientes de las importaciones de petróleo, pero en una señal de que las políticas de austeridad de Europa pueden estar dando algunos frutos, las exportaciones crecieron y las importaciones cayeron en Grecia, Italia y España durante los primeros siete meses de este año.

Italia registró un superávit comercial de 4.400 millones de euros en el período de enero a julio, tras un déficit en el mismo periodo del año anterior, mientras que las exportaciones de Grecia subieron un 12 por ciento.

España registró un crecimiento del 2 por ciento en las exportaciones en el período, mientras que las importaciones cayeron un 3 por ciento.

La balanza comercial de la zona euro en los primeros ocho meses de este año volvió a un superávit de 46.900 millones de euros desde un déficit de 26.800 millones de euros en el mismo período registrado hace un año.

"La mejora está ganando fuerza", dijo Dominique Barbet, economista de BNP Paribas.

"Es vital que la recuperación continúe (…) las exportaciones son la única fuente de crecimiento económico disponible para la perifería de Europa", dijo.