Dos días después del nombramiento de Manuel Merino como nuevo presidente de la República tras la destitución Martín Vizcarra, el gabinete ministerial no estaba conformado. Anunciaron únicamente en el cargo de presidente del Consejo de Ministros a Antero Flores-Aráoz. Sin embargo, las demás carteras todavía no contaban con titular.
Este panorama genera cierto temor en la inversión privada, uno de los principales motores de la economía, porque los inversionistas aún no conocen las dirección que tomará el Ejecutivo en sus decisiones.
Tras la destitución de Vizcarra, la reacción inicial de los bonos peruanos y tipo de cambio fue negativa, pero se han ido acomodando con el pasar de las horas. Los economistas consideran que ello debe solucionarse pronto. Y es indispensable encontrar un ministro de economía adecuado a fin de evitar una mayor afectación a la economía, sino podría repetirse esta situación negativa.
“Los inversionistas no califican al Perú por su desarrollo ni bienestar, sino por la capacidad de pago del Gobierno de la deuda. Cuando nombren ministro de Economía y tengan conocimiento de lo que habrá, las cosas volverán a la calma”, explica el economista Pablo Secada a Gestión.pe.
Por su parte, Mario Guerrero, economista principal de Scotibank sostiene que la incertidumbre continuará hasta conocer el nuevo gabinete. “Necesitamos conocer las medidas de los nuevos ministros, qué proyectos continúan y qué se va a hacer. En los últimos años hemos pasado una serie de sucesos políticos que han sido temporales y no han terminado por afectar de manera significativa el desenvolvimiento de la inversión privada”, comenta.
El especialista espera que este evento sea similar y se den señales claras para continuar con la recuperación económica obtenida en los últimos meses.
Para dar seguridad al inversionista, es importante mantener armonía con la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS) y el Banco Central de Reserva del Perú (BCR), organismos determinantes para evitar la volatilidad de las entidades financieras, señala el economista y asociado de la universidad ESAN, Jorge Guillén. Aunque, considera sumamente importante, poner en marcha la inversión pública.
“Un reto que es un mal endémico es la ejecución de inversión pública. Está frenada desde gobiernos anteriores y se necesita con urgencia porque va a ser el único motor de crecimiento temporal. Debe ser prioridad porque todavía es muy lenta”, asegura.
-Reformas-
En otro momento, Secada detalló que es importante contener la ola de contagios y estar preparados para una posible segunda ola y así poder continuar con la recuperación económica. Esta se debe hacer con propaganda, rastreo de casos y brindando seguridad a la población.
“También es importante continuar con las inversiones avanzadas. ProInversión tiene un conjunto de líneas de transmisión. Si está avanzado hay que destrabar inversiones, porque empezar un proceso nuevo de promoción iniciará todavía en le siguiente gobierno”, dice.
Del mismo modo, el economista propone que el Gobierno presente una agenda de actividades a cumplir junto a los candidatos a las elecciones, a fin de firmar compromisos para continuar con las reformas e ir avanzando. “He pensado en la capacitación, en el fondo soberano riqueza, en la agenda de las ciudades, en un plan urbano de transporte. Tal vez el actual Gobierno no lo termine de hacer, pero el que siguiente, sí”, sostiene.
Guillén, en tanto, cree que si las reformas son más profundas se deberían ver en el siguiente periodo. “Se pueden empezar ciertas bases y reformas con lineamientos. Vizcarra tuvo la oportunidad para sacar reformas cuando no había Congreso, ahora el Congreso puede hacerlo, pero no queda mucho tiempo”, resalta.
Finalmente, Pablo Secada advierte que los inversionistas tienen gran incertidumbre sobre qué pasará en la siguiente campaña electoral. “No se trata que no tengan propuestas de reformas, los técnicos llegan para el gabinete, pero se necesitan más políticos, que sean capaces de trabajar para contener las medidas que no convienen. Pero no tenemos políticos, ni partidos y los gremios tampoco son sólidos”, explica.