Más del 70% de la energía que consume el país proviene del crudo y el gas que, en su mayoría son importados, lo que podría generar el riesgo de un incremento en los precios de la electricidad. (USI / Referencial)
Más del 70% de la energía que consume el país proviene del crudo y el gas que, en su mayoría son importados, lo que podría generar el riesgo de un incremento en los precios de la electricidad. (USI / Referencial)

El alza del precio internacional del y el gas natural, sumado al desabastecimiento temporal del combustible, la crisis energética global y la demora, a nivel interno, en la convocatoria a las licitaciones de los proyectos de líneas de transmisión estarían poniendo peligro la seguridad energética del Perú, advirtió la Asociación Peruana de Energías Renovables (SPR).

Y es que el crudo y el gas, que dependen del precio internacional, significan más del 70% de la energía que consume el país en todos los sectores (electricidad, transporte, otros), lo que podría generar el riesgo de un incremento en los precios de la electricidad.

La falta de dinamismo del Estado para solucionar problemas como la congestión en algunas líneas de transmisión del Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN) o la falta de un marco regulatorio que impulse a invertir en tecnologías en las que nuestro país tenga recursos, como las renovables, nos aleja de garantizar la seguridad energética”, señaló Brendan Oviedo, presidente de la SPR.

Oviedo explicó que, al no usarse todos los recursos energéticos disponibles de un país, se puede obstaculizar el flujo constante e ininterrumpido del suministro de poniendo en riesgo su continuidad. Además, al limitarse y no cubrir las necesidades energéticas de la economía de manera sostenible existe el peligro de poca accesibilidad, pero además se requiere asegurar precios asequibles de los recursos que permitan mantener la rentabilidad de las inversiones.

“Es necesario que las autoridades respectivas adopten políticas que minimicen los riesgos y garanticen el suministro continuo de los recursos energéticos, de lo contrario podría generarse efectos negativos en la economía al limitar o desabastecer los mercados de insumos básicos como la energía”, anotó.

De acuerdo al SPR, existe una potencia instalada de centrales de generación no convencionales (CGNC) en operación y con estudios de pre-operatividad (EPOs) aprobados para las que podrían llegar a 2,494 MW para el 2022 y 6,809 MW para el 2026 (+173%), según un estudio elaborado por Osinergmin con datos del COES.

“De concretarse estos proyectos, se mejorará la diversificación de la matriz energética nacional, aumentando la confiabilidad del sistema eléctrico y reduciendo la dependencia en los combustibles fósiles”, finalizó Oviedo.