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Bloomberg Los analistas de Wall Street siguen advirtiendo que se elevarán las tasas de interés referenciales. Los operadores han aprendido a ignorarlos por completo y probablemente tengan razón.

Estos estrategas se han equivocado por años, específicamente en 2016. No solo están las tasas de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a la baja, sin resucitar, y hundiéndose a mínimos históricos. La deuda del Gobierno ha avanzado hasta ahora 5.9% este año, su mejor retorno desde un periodo similar en 1995, de acuerdo con datos del índice de Bank of America Merrill Lynch. El volumen de bonos con rendimientos negativos aumentó a más de US$12 billones.

Y sin embargo, Goldman Sachs advierte que los rendimientos de Estados Unidos están a punto de aumentar y que los inversores reaccionaron de forma exagerada al voto británico para abandonar la Unión Europea.

"El Reino Unido no es un barómetro económico global, por lo tanto, cualquier desaceleración de la actividad económica debería tener un impacto limitado", dijo Rohan Khanna, estratega de tasas de interés de Goldman en Londres, en una nota de investigación citada por el reportero de Bloomberg Kevin Buckland el martes.

Goldman no es un caso aparte cuando se refiere a que los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE.UU. se elevarán pronto. Analistas de bancos encuestados por Bloomberg aún predicen que las tasas de interés referenciales van a incrementarse de modo general este año.

Los analistas de Goldman tienen razón al decir que el llamado voto Brexit no es, en sí mismo, catastrófico para la economía mundial. Pero esa no es la única causa que disminuye los rendimientos o, por lo menos, la principal.

En lugar de explicar todas las razones por las que posiblemente los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantienen bajos o que incluso disminuyan más, vamos a echar un vistazo a lo que tendría que pasar para que las tasas referenciales aumenten de modo significativo:

1) La relación histórica entre las tasas de Estados Unidos y las de los otros mercados en desarrollo tendría que romperse. Los rendimientos a 10 años en Japón y Alemania han caído por debajo de cero. En relación con esas tasas, los rendimientos de Estados Unidos todavía se ven históricamente altos.

2) El voto del Reino Unido para salir de la Unión Europea tendría que ser ya sea revocado o mitigado por nuevos acuerdos comerciales e incentivos favorables para las empresas. También tendría que ser un evento único en lugar de una señal de un incremento de riesgo político en el mundo.

Eso resulta difícil de creer considerando lo que ocurre en lugares como Italia, que se enfrenta a una crisis bancaria y estará celebrando un referéndum en relación a su sistema político para finales de este año, y los Estados Unidos , con una carrera presidencial cada vez más conflictiva.

3) Los bancos centrales de Japón al Reino Unido, Suiza y Estados Unidos, tendrían todos que impulsar sus tasas hacia arriba, o por lo menos dejar de hundirlas. Ahora mismo parecen estar yendo en dirección opuesta, y el voto por el Brexit probablemente retrase los incrementos de tasas en Suecia y EE.UU. Por otra parte, los bancos centrales europeos están considerando tomar medidas de estímulo adicionales.

4) Tendría que haber algunos signos de inflación. No hay ninguno, al menos nada significativo. La economía del Reino Unido podría contraerse. Los precios del crudo tienden a estabilizarse. Los operadores de derivados ahora predicen una tasa de inflación a largo plazo de 1.49%, cercana a la más baja desde 2009.

Analistas de Wall Street están tomando una visión cada vez más cauta dado el contexto de incertidumbre política, esfuerzos de estímulo sin precedentes y crecimiento moribundo. Y siendo justos, es fácil que no les gusten los rendimientos a niveles tan bajos.

Las tasas históricamente bajas están afectando el balance de bancos e inversores institucionales. No tiene sentido desde ningún tipo de lógica de inversión que se les pague a las compañías para que tomen dinero prestado en Europa y Japón. Pero el pensamiento idealista no se adapta a las fuerzas del mercado. El impulso sigue en dirección a tasas más bajas, y es difícil ver qué va a detenerlo en este momento.

Esta columna no refleja necesariamente la opinión de Bloomberg LP y sus propietarios.

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