Respecto a las medidas de fomento de inversión, infraestructura, tributarias, cambios en la regla fiscal, la ley de contrataciones, pueden haber matices de discrepancia, pero son temas que había que atacar.

Cuando pienso en la nueva administración, considero que tiene muy claro ese enfoque de oferta, de mediano plazo, estratégico y veo ahí dos ámbitos que han querido empujar.

Uno es el tema de acumulación de capital, más inversión y ver todas las medidas que giran alrededor del destrabe de proyectos de infraestructura, de simplificación burocrática. El otro va por el lado de incentivar la productividad.

Por el lado del corto plazo, debo decir que sí tengo cierta preocupación sobre el estado cíclico de la economía. Lamentablemente, las cifras del crecimiento global básicamente están vinculadas a un solo sector, que es la minería. El gasto privado, la verdad, lo veo muy contenido con grados de confianza que empiezan a caer, con desaceleración del crédito.

En ese entorno, la confianza empresarial ha empezado a ceder. Y por el lado de la confianza del consumidor, incluso ha pasado rápidamente a terreno negativo. Eso nos genera un poco de intranquilidad, de ansiedad, sobre lo que pueda venir en los próximos meses. En mi opinión, tal vez lo que falta es un poco más de comunicación.