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Ninguna de las industrias económicas en el Perú y el mundo esperaban la crisis que se ha generado a causa de la pandemia del COVID-19. De este modo, muchas de las empresas debieron de tomar decisiones lo que implicó realizar cambios al giro económico para el cual se crearon.
Así, uno de esos cambios se observa en la industria hotelera peruana, en donde si bien ahora continúa la construcción de proyectos hoteleros, su uso final será otro y solo durante esta crisis.
En diálogo con Gestión.pe, la asesora de Sociedad Hoteles del Perú (SPH), Tibisay Monsalve, señala que este año se tenía proyectado la construcción de 33 proyectos hoteleros: 8 en el distrito de San Isidro y 25 en Miraflores; cuyo único fin -al igual que otros hoteles- era el alojamiento por un breve periodo.
Sin embargo, de este grupo de proyectos, unos 10 cambiarán de giro de manera temporal, acoplándose a la coyuntura, considerando que el turismo está lejos de llegar.
Monsalve explicó que ahora se migrarán hacia tres esquemas: el alquiler para una larga estadía, el alquiler para oficinas y la venta de proyectos construidos.
“Si bien por el tema de la cuarentena ha habido una paralización de obras, ya se ha reanudado la construcción. Ahora se están construyendo, pero es posible que cambien de giro, que ya no sea el hotelero”, sostuvo.
Un solo gasto
El primer rubro al cual los proyectos hoteleros migrarán es el alquiler del edificio para estadías de uno a más meses. Al respecto, la asesora de la SPH señala que esto se debe a que hasta antes de la llegada de la pandemia al país, los ejecutivos que llegaban del extranjero y los nacionales que trabajan en el interior del país, se alojaban en departamentos y cada mes debían realizar determinado pago de acuerdo al consumo que hacían.
En tanto ahora, con esta coyuntura, se buscará ahorrar costos y una opción es alojarse en una habitación de un hotel, el cual cuenta con todos los servicios similares al del departamento, y además, todo será en un solo gasto.
“Para los ejecutivos les sales más cómodo (económicamente) porque en lugar de pagar un departamento, luz, agua, condominio, una persona que vaya a limpiar, internet y arbitrios, todo lo tiene conglomerado en alquilar una habitación en un hotel. Todo está incluido y no se tiene que preocupar por nada de ello”, sostuvo.
Precisó que producto de la pandemia del COVID-19, muchas empresas nacionales e internacionales tuvieron que cerrar operaciones durante determinado periodo, para luego volver a empezar.
En tal sentido, también deberán ajustar sus presupuestos en esta nueva realidad, y esta modalidad de alquiler de larga estadía ayudará en el reinicio de operaciones en Perú.
La segunda opción es que los proyectos hoteleros ahora pasarían a ser alquilados para oficinas, y ya no como, habitaciones de hoteles.
“La ventaja que tenemos en los hoteles es que la infraestructura se presta para este tipo de modalidades, este tipo de cambios”, comentó Monsalve.
Finalmente, la tercera opción es la venta de proyectos hoteleros ya construidos, donde su uso final dependerá de cada empresa a cargo del proyecto.
Hasta que pase la crisis
La ejecutiva aclaró que estos cambios de giros serán temporales, es decir, será solo durante el tiempo que dure la crisis del COVID-19 y posteriormente, se espera que los proyectos sean netamente hoteleros.
En tal sentido, destacó que en Miraflores -distrito turístico por excelencia- se hayan eliminado los trámites al momento de cambiar de giro de la empresa.
“Parece mentira, pero en medio de lo que siempre hemos sufrido en barreras burocráticas para todo, en esta oportunidad están siendo muy flexibles”, dijo.
Precisó que la recuperación del sector hotelero avanzará en la medida que la economía peruana se recupere y se encuentre una vacuna contra este virus.
De este modo, estimó que esta situación durará un año, por lo que la inversión hotelera en el Perú que se desarrollaba a los niveles pre-pandemia, volvería en agosto del 2021.
Detalló que la inversión hotelera estimada entre los años 2019 y 2022 suman US$ 850 millones en Lima, en tanto los distritos de San Isidro y Miraflores concentran la mayor participación (US$ 500 millones).
Ahora, bajo un contexto de la pandemia, es difícil que se puedan concretar dichas cifras, por lo que ahora, ya con la cuarentena levantada (el pasado 30 de junio) se realizarán las respectivas evaluaciones respecto a los avances de los proyectos hoteleros en el país.
“Estamos en la fase 3 (de la reactivación económica), no sabemos si nos van a volver a la cuarentena como ha sucedido en otros países. Entonces, tenemos un futuro impredecible”, refirió.