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María Claudia de la Barramdelabarra@diariogestion.com.pe

Está claro que no se puede detener el proceso de refinación en el Perú. Tal y como lo afirma el exministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi, resulta importante para el país desarrollar esa industria (metalúrgica), ya que a través de ella el valor los minerales concentrados se pueden incrementar en un 50%.

"Se compran minerales en forma de concentrados por US$ 100 millones anuales, y el valor de venta luego de pasar por un proceso de refinación se eleva hasta los US$ 150 millones", reveló.

En ese sentido, asegura que los grandes beneficios de contar con la materia prima no provienen normalmente de las industrias extractivas, sino de la cadena de industrialización y comercialización que la siguen, es decir, de la refinación.

"Somos un país de vocación minera. Tenemos 1.2 millones de kilómetros cuadrados, con producciones que nos hacen líderes en América Latina y en el mundo en muchos de los metales. Y competimos con países que tienen más de 8 millones de kilómetros cuadrados. Entonces, las condiciones naturales del Perú le permitirían ir creciendo en los volúmenes de producción y exportación", sostuvo.

Descalzi precisa que existe tecnología avanzada que permitiría alcanzar mayores valores de los minerales, sin embargo, "carecemos de alguien que se haya interesado de ello".

Siglo de escasezDescalzi asegura que es importante que el Perú tenga un control sobre los recursos mineros, pues el Siglo XXI se caracterizaría por el crecimiento de la población y el agotamiento de las materias primas. Esto mantendría un valor alto de los minerales.

"Los precios de los metales seguirán sometidos a las fluctuaciones del mercado y a las condiciones de la economía internacional, pero la tendencia es a la alza debido a la escasez de las materias primas que se verá en este siglo", culminó.